Ya son más de seis millones de ucranianos los que han tenido que huir de su nación tras haber sido declarada la guerra por parte de Rusia. Algunos países europeos han decidido recibir refugiados, siendo Polonia y Rumanía los países que más ucranianos han acogido.
España también ha recibido a miles de personas pero hay un añadido que está suponiendo un problema para algunos de los refugiados: no les permiten entrar con su mascota.
Desde el inicio de la guerra España ha relajado las medidas de acceso de personas con mascotas y de esta manera podrían entrar en nuestro territorio sin la necesidad de solicitar previamente un permiso individual al no ser un estado miembro de la Unión Europea, después de que la Comisión Europea haya instado a sus países a flexibilizar las medidas habituales para facilitar que los desplazados puedan llevar consigo a sus animales sin dificultades.
Así, en los tres centros de referencia para ucranianos con capacidad de acogida (Madrid, Málaga y Alicante) las mascotas son bienvenidas e incluso cuentan con los servicios de personal veterinario, según el Ministerio de Inclusión.
Entonces, ¿cuál es el problema? la logística. Muchas de las familias han venido a España gracias a ONG como la Cruz Roja buscando un refugio, pero en algunos hoteles que han cedido plazas para los refugiados no admiten animales.
Aunque ya son más de 1200 familias ucranianas las que han llegado a España con sus mascotas sin ningún problema, otras personas como Tatiana, Nataliya, Anna o Hanna están teniendo dificultades que les han empujado a plantearse renunciar a su plaza o a dejar al animal en una protectora, según informa Eldiario.es.
No sin mi mascota
Aunque las ONG intentan que las plazas donde se alojan los refugiados sean accesibles, no siempre es posible. Por ese motivo, cuando Tatiana supo que su perra no podía acceder al hotel que le ofrecían, decidió renunciar a este alojamiento: “Es de la familia y ha pasado por esta pesadilla con nosotras. No puedo dejarla atrás”.
Por suerte, gracias a un sistema de voluntarios encontró refugio en casa de una mujer con la que pueden quedarse hasta el verano: “Tengo hasta entonces para aprender castellano, encontrar un trabajo y poder pagar un alquiler”.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), sin embargo, sí reconoce que ya han tenido “muchos” casos que han renunciado a su plaza por no poder permanecer junto a sus animales. Desde la Comisión además aseguran que "hay hoteles que son accesibles, en los que no hay inconveniente, pero en otros muchos recursos no lo permiten. Hay plazas que hemos cerrado sin negociar la posibilidad de que aceptasen mascotas. Por lo que es un puzle muy difícil. Llega la persona con su mascota y justo tiene que coincidir que ese lugar acepte animales. Esto esta siendo verdaderamente complicado”.
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