El tamaño y la supervivencia de algunos insectos acuáticos está cambiando por culpa del cambio climático

Un estudio liderado por la Estación Biológica de Doñana-CSIC alerta de los efectos en la calidad del agua, la polinización y el equilibrio de los ecosistemas

Un ejemplar de Chironomus riparius, una especie de moscas del género Chironomidae cuyas larvas son acuáticas.
Un ejemplar de Chironomus riparius, una especie de moscas del género Chironomidae cuyas larvas son acuáticas. / CSIC

La subida global de las temperaturas, uno de los impactos más visibles del cambio climático, está alterando profundamente la vida en los ecosistemas acuáticos. Un nuevo estudio internacional liderado por la Estación Biológica de Doñana-CSIC concluye que el aumento del calor y la consecuente disminución de oxígeno disuelto en el agua están reduciendo el tamaño y la supervivencia de los insectos acuáticos, una pieza clave en la red trófica y en procesos esenciales como la purificación del agua y la polinización.

El trabajo, publicado en la revista Ecological Entomology, ha contado con la participación de la Academia de Ciencias de Eslovaquia y la Universidad de Granada, y se centra en la especie Chironomus riparius, un tipo de mosquito no picador cuyos estadios larvarios son acuáticos y que se utiliza habitualmente como modelo en estudios ecológicos.

Los investigadores realizaron un experimento en el que expusieron larvas de esta especie a diferentes combinaciones de temperatura y concentración de oxígeno. Los resultados muestran que aquellas criadas en aguas cálidas (30 ºC) con bajo oxígeno eran un 10% más pequeñas y presentaban una mayor tasa de mortalidad que las criadas en otras condiciones. Según Viktor Baranov, investigador de la Estación Biológica de Doñana y primer autor del trabajo, “este doble efecto en el tamaño y el número de los insectos acuáticos estaría reduciendo su capacidad para mantener funciones cruciales de los ecosistemas”.

La menor disponibilidad de oxígeno en aguas más cálidas es un fenómeno ya conocido, pero este estudio proporciona nuevas evidencias de cómo este factor interfiere directamente en el desarrollo y la fisiología de especies sensibles al estrés ambiental. “Puesto que el oxígeno es esencial para el crecimiento, la respiración se convierte en un cuello de botella para el desarrollo de estos animales”, explica Baranov.

El declive de los insectos acuáticos, ya documentado a escala global, se suma a las múltiples amenazas que enfrentan los ecosistemas de agua dulce, como la contaminación, la sobreexplotación o la pérdida de hábitats. Los autores advierten de que estos cambios no sólo comprometen la biodiversidad, sino también servicios ecosistémicos de los que depende el ser humano.

Este trabajo abre nuevas vías de investigación para entender cómo la reducción del tamaño de los organismos, vinculada al cambio climático, puede alterar las funciones ecológicas y la resiliencia de los ecosistemas. Una llamada de atención más sobre las múltiples formas en que el calentamiento global está transformando el planeta.

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