El E-Rifter de Peugeot es un modelo disponible en dos versiones de diferente longitud, con cinco o siete plazas conforme a ésta: 4,40 o 4,70 m. Está dotado de asientos individuales en la segunda fila, de cara a maximizar su modularidad interior y cuenta con, además de dos puertas laterales correderas, con un portón trasero dotado de cristal practicable. Este da acceso a una superficie de carga de 775 litros en la versión de cinco plazas.

La renovación de este modelo vinculado en el Partner, ambos disponibles con motores eléctricos, también afecta al sistema de propulsión. Así, si bien el E-Rifter mantiene el motor de 136 CV (100 kW) y un par máximo de 270 km, aumenta su autonomía: de los anteriores 283 a 320 km -ciclo combinado WLTP-. Esto ocurre sin que se produzca variación en su batería, que tiene una capacidad total de 50 kWh. Entre las mejoras que contribuyen a ese incremento del alcance con una carga está la utilización de una bomba de calor.

La mejora fundamental en el sistema de propulsión eléctrico incumbe a la frenada regenerativa.

En relación a los procesos de recarga mediante conexión a la red eléctrica, la batería del E-Rifter puede admitir potencias de hasta 100 kW si se recurre a corriente continua o 7,4 u 11 kW con alterna, según se disponga del cargador embarcado monofásico de serie o el trifásico opcional.

Otra de las mejoras afecta a un nuevo sistema de frenado regenerativo. Ofrece tres niveles que pueden determinarse con unas levas situadas tras el volante. Hasta ahora, los E-Rifter sólo contaban con dos niveles: el normal y B, con el que la retención es más intensa cuando se deja de acelerar, que se elegían desde el selector de las marchas.

Los modos de conducción determinan la potencia disponible. Aunque la autonomía ha cambiado, la prestación del E-Rifter no lo ha hecho.

No hay cambios en cuanto a los modos de conducción. Estos siguen siendo Eco, Normal y Sport y, según el que se elija, se limita la potencia del motor a 82, 109 o 136 CV, respectivamente. En todo caso, la respuesta del motor queda determinada por la presión al acelerador, de manera que en una aceleración a fondo el 0 a 100 km/h se resuelve en 11,2 s, mientras que la velocidad máxima es de 135 km/h. Estas prestaciones no han variado respecto al anterior E-Rifter.

Entre los cambios formales están los del frontal, marcado por la nueva parrilla, así como la firma luminosa en los faros principales de las tres garras que Peugeot está incorporando a sus modelos. Asimismo, se incorporan a la gama de colores dos más, el Verde Sirkka y Azul Kiama.

En el interior, y al margen del cambio de algunos de los materiales utilizados, el cuadro de instrumentos es ahora una pantalla digital de 10", el mismo tamaño que tiene la central táctil para el control del equipo multimedia, navegador incluido. Esta puede manejarse mediante un asistente vocal y es actualizable vía OTA.

Cambia el volante, que está forrado en cuero y está calefactado, es de tipo multifunción, además de recibir las levas para regular la frenada regenerativa. Igualmente, el E-Rifter está dotado de un cargador inalámbrico para teléfonos móviles, dos tomas USB-C, una USB-A u otra de 230 voltios.

Respecto a las ayudas de conductor -suma hasta dieciocho, incluyendo la alerta de cansancio, lectura de señales de tráfico, asistente de mantenimiento de carril, frenado automático, limitador de velocidad...- se ha mejorado la de asistencia al aparcamiento, con doce sensores, así como con una cámara trasera de alta definición.