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"EEUU protege los campos de petróleo en Iraq, pero no a la gente o el arte"

  • El prestigioso comunicador ha buscado contar la verdad que se esconde detrás de los intereses petrolíferos, "hacer visible lo que es invisible" para muchas personas e incluso para muchos gobiernos

Peter Maass, prestigioso periodista de la revista norteamericana The New Yorker, una de las publicaciones más famosas del mundo, presentó su libro The Crude World, una visión de todo lo que se encuentra oculto para el gran público detrás del mundo del petróleo, en el King's College de Londres. En esta entrevista, narra algunas de sus experiencias y vivencias.

-¿Cuál cree que es el principal problema de la OPEP?

-Creo que no tienen tanto poder como solían tener. Cada vez hay más fuentes alternativas al petróleo, se necesita más energía y no hay suficiente crudo para abastecer a la población mundial, por lo que han de controlar la producción, no pueden ofertar las cantidades que quieren en el mercado. Estos factores hacen que no puedan poner el precio que quieran, como ocurrió en la crisis del 73. Lo que quiero decir es que la OPEP no es tan importante como hace unas décadas, por lo que han tenido que flexibilizar los precios del barril. Eso explica la bajada de precios del crudo este año.

-Los estudios dicen que la cantidad de crudo disponible está disminuyendo a un ritmo vertiginoso, sobre todo tras el crecimiento económico de China. ¿Qué haremos cuando desaparezca el petróleo?

-Bueno, por supuesto creo que hay que desarrollar otras energías alternativas tales como la eólica o la solar, pero la clave consiste en ser más eficientes. Es decir, conducir menos coches, asfaltar las carreteras para utilizar los carriles bicis... Algunos países de la Unión Europea, especialmente los nórdicos, son ejemplos a seguir. Desde luego EEUU debe aprender a ser más eficiente porque somos uno de los mayores consumidores de petróleo y nuestra demanda debe disminuir.

-¿Pero cree que construir carriles para bicicletas y paneles solares es suficiente para abastecer a casi 7.000 millones de personas?

-Desde luego que no. En este sentido creo que el gas irá progresivamente sustituyendo la demanda de petróleo. Por supuesto las energías renovables, por sí solas, no pueden suplir al crudo, pero son la puerta de entrada para resolver las carencias de petróleo. En este sentido China va a jugar un rol indiscutible dependiendo de qué uso hagan de su tecnología.

-¿Es China el centro del problema?

-China es parte del problema. Por supuesto EEUU y Europa occidental son los grandes culpables de la desmesurada extracción de petróleo que se ha llevado a cabo. Pero China está contribuyendo, y su población es más grande que EEUU y Europa juntos. Sin duda deben desarrollar una tecnología punta e innovadora, que les permita abastecer a su población rebajando la demanda de crudo.

-¿Qué negociaciones mantiene Pekín con Washington?

-Muchas. La última ha tenido lugar en la Cumbre de Copenhaguen para revisar el protocolo de Kioto, que como ha dicho Gordon Brown "es la última oportunidad que tenemos para salvar el mundo". Pero el gran problema reside en que ambas potencias se echan la culpa. Es como cuando dos niños se pelean y el padre les dice: "¿Quién ha empezado?". Uno dice: "Tú", y el otro responde: "No he sido yo, has sido tú". Pues lo mismo. China quiere que EEUU encuentre una solución y disminuya su demanda de crudo, y viceversa. Está claro que EEUU empezó el problema junto con Europa, pero ahora China está inmerso en él y creo que debería ayudar a encontrar una solución.

-¿Cuál ha sido el caso de mayor corrupción que ha presenciado?

-Sin duda, Nigeria. Ver tanta pobreza a pocos metros de tanta riqueza ha sido una de la vivencias que más me ha marcado en mi investigación. Guinea Ecuatorial, es otro caso similar. Su líder es un dictador que sólo se preocupa de enriquecer a las elites locales. La mayoría de las compañías que extraen crudo son norteamericanas, de hecho Guinea Ecuatorial tiene muy buenas relaciones con Washington. Los americanos importan todo, hasta el cemento de los edificios, lo que no trae ningún beneficio para la población.

-¿Qué ayuda internacional reciben los ciudadanos pobres de sus gobiernos corruptos?

-Por desgracia muy poca. La ONU no tiene grandes proyectos para compensar a estas regiones. Algunas organizaciones no gubernamentales sí que desempeñan un rol más importante, y presionan al Gobierno de EEUU para que haga públicos sus documentos de contratación con estos países.

-Nigeria es un claro ejemplo, donde la región exportadora de crudo, el Delta del Níger, no recibe los beneficios económicos de la exportación de petróleo por una mala administración central. ¿Piensa que sería mejor que en países subdesarrollados los ingresos del petróleo fueran manejados por las regiones exportadoras en lugar de por el Gobierno central?

-Depende del país. En Bolivia, por ejemplo, las regiones productoras tienen una gran autonomía administrativa, y eso ha partido la sociedad en dos. Noruega y Canadá son dos buenos ejemplos de buena administración central. En mi opinión, la corrupción en países subdesarrollados, como el caso de Nigeria o Guinea Ecuatorial se da tanto a nivel local como central. Además pienso que para los gobiernos locales es más difícil controlar las grandes transacciones de crudo con el exterior, ya que no tienen experiencia. Si hubiese una buena administración central no habría problema de corrupción, ¿pero cómo conseguirla?

-Algo tan preciado en nuestra sociedad como el petróleo, parece que sólo trae conflictos a los países de los que se extrae. Los analistas apuntan que la clave reside en que los Estados que exportan crudo centran su economía en exportar un solo producto, en vez de desarrollar la industria. ¿Es petróleo igual a guerra?

-Puede traer la guerra, la pobreza, o el bienestar social. Todo depende del gobierno que lo maneje y del nivel educativo de la gente. El crudo está presente en un gran número de diversos puntos del planeta: Canadá, Guinea Ecuatorial, Venezuela, Bolivia, Arabia Saudí, Irán, etc. El petróleo por sí sólo no emprende guerras, sino los Estados. Cuando llegué a Iraq, las instalaciones petrolíferas estaban resguardadas por las tropas norteamericanas que protegían el petróleo, pero nada más. No se preocupaban de preservar el Museo Nacional, o la gente, parecía que sólo estaban interesados en cuidar del petróleo.

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