La presidenta argentina despide a su marido
Cristina Fernández despidió con la solemnidad que impone el protocolo a Néstor Kirchner, su esposo durante 35 años y su compañero de batallas políticas.
Parada frente al féretro de Néstor Kirchner durante horas con la compostura de un jefe de Estado, Cristina Fernández despidió con la solemnidad que impone el protocolo a Néstor Kirchner, su esposo durante 35 años y su compañero de batallas políticas. De riguroso luto y protegida por unas grandes gafas negras que ocultaban sus ojos, la presidenta se ha mantenido firme durante el velatorio y atenta a las demandas de los miles de simpatizantes que han pasado por la capilla ardiente instalada en la Casa Rosada. Ha repartido besos y abrazos, se ha tragado las lágrimas, ha sonreído y se ha llevado la mano al corazón más de una vez en señal de agradecimiento por las muestras de solidaridad de sus seguidores.
El miércoles, la muerte súbita de quien gobernara Argentina entre 2003 y 2007 puso fin a una carrera política de casi tres décadas pero también a un matrimonio que supo combinar familia y militancia política. Néstor y Cristina se conocieron en 1973 en los pasillos de la Universidad de Derecho de La Plata, una ciudad a 60 kilómetros de Buenos Aires, donde ella había nacido en febrero de 1953. Él, un joven alto, algo desgarbado, simpático, más interesado en la militancia de la juventud peronista que en los estudios, venía de la sureña ciudad de Río Gallegos, donde había nacido en febrero de 1950.
Cristina contó alguna vez que Néstor la sedujo con su locuacidad, tras la ruptura con su primer novio, un jugador de rugby. Los amigos de Lupo, como le decían a Kirchner, afirman que no podían creer en la buena suerte del flaco para enganchar a una de las chicas más lindas de la facultad. El romance comenzó el 21 de septiembre de 1974, un día de celebraciones estudiantiles por el comienzo de la primavera. "La verdad, ni me acuerdo cómo fue que empezamos, yo venía de una fiesta con los compañeros por el Día de la Primavera y estaba muy borracho y ella sólo quería estudiar. Y después de bromearla un largo rato, al final se aflojó y no sé qué pasó", dijo Kirchner en una crónica titulada Reina Cristina, de Olga Wornat. El flechazo fue potente: se casaron a los pocos meses, en mayo de 1975.
"Nosotros, con mi marido, charlamos todo. Desde que nos conocimos no hemos dejado de estar juntos nunca. Solamente seis meses de novios, ¿para qué más? Hay cosas que se advierten prontamente", declaró Cristina Fernández en una entrevista el 25 de mayo de 2003, el día en que su esposo asumió la presidencia argentina. Pero con el inicio de la represión de la dictadura, la pareja decidió trasladarse a Río Gallegos en julio de 1976, pocos meses después del golpe militar. Allí forjaron una carrera como abogados, un patrimonio económico importante, una familia con dos hijos -Máximo y Florencia- y un raid político a dos aguas: con él escalando en puestos ejecutivos y ella en los legislativos.
Del feudo de la Patagonia saltaron a la escena nacional y Néstor Kirchner accedió a la Presidencia en un momento crítico para el país, llegó a la primera magistratura con el menor caudal de votos de la historia argentina, aunque concluyó su gestión con una valoración superior al 70 por ciento. Junto a su mujer, amasó el poder. Muchas veces se dijo que era ella quien, desde las sombras, manejaba el gobierno. Cuando Cristina Fernández le sucedió en la Presidencia, la carga se invirtió. "Soy un soldado de Cristina", decía Kirchner, poniéndose dos pasos por detrás de la figura presidencial, aunque todos sabían que, en verdad, quien gobernó Argentina hasta este miércoles fue un "matrimonio presidencial".
Velatorio en la Casa Rosada
Los restos del ex presidente argentino Néstor Kirchner fueron trasladados en avión a Buenos Aires desde la sureña villa de El Calafate, donde falleció el miércoles, para ser velados en la Casa Rosada, sede del Gobierno. Los restos de Kirchner, víctima de un paro cardiaco, llegaron al Aeroparque de Buenos Aires en un avión en el que viajaron también la presidenta, Cristina Fernández, y su hijo mayor, Máximo. El avión fue encerrado en un hangar donde se realizó el traslado del féretro al vehículo que le conduciría a la Casa Rosada, donde es velado en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos.
Entretanto, miles de personas desfilan frente a la sede del gobierno y han sembrado un mural simbólico de carteles, flores, banderas y fotografías en homenaje a Kirchner sobre la Plaza de Mayo y en la verja central del edificio. "Néstor, tu luz brillará por siempre", "Fuerza Cristina", "Nos no vencerán", rezan algunos de los carteles y las banderas de militantes que, entre cánticos y lágrimas, depositaron en la plaza. Esta manifestación de duelo constituye apenas un adelanto de la multitud que se espera en el velatorio del diputado, líder del Partido Justicialista (PJ, peronista) y secretario general de la Unasur.
A la ceremonia acudirán los presidentes de Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela para acompañar a Fernández, que el miércoles recibió el pésame de mandatarios de todo el mundo, desde el estadounidense Barack Obama al español José Luis Rodríguez Zapatero. La policía y las fuerzas de seguridad han organizado un operativo que incluye el cierre de varias vías de acceso a la Casa de Gobierno, en el centro de Buenos Aires, para facilitar la concentración en la zona.
Fuentes oficiales adelantaron que no se admitirá el ingreso de banderas, cámaras, pancartas ni estandartes a la sala velatoria, mientras que las coronas y otros adornos fúnebres se recibirán en una dependencia gubernamental vecina a la sede del Ejecutivo. El funeral de Estado concluirá el viernes, cuando los restos de Kirchner serán trasladados a Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz (sur), donde nació Kirchner, hace 60 años.
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