La estrella del escritor Carlos Lencero sigue viva 15 años después de su muerte. En sus páginas, en sus palabras, parece "como si todo fuera deliberado", al menos al parecer de un grupo de examinadores que consideran al autor pacense una insignia en el género flamenco. Es el caso del investigador Hugo Sánchez Rey, que ha editado una colección de Lencero compuesta de seis cuentos flamencos, 23 artículos, seis libretos de CD, una entrevista, un libro de fandangos y 30 poemas sobre artistas flamencos.

La nueva sede de la Asociación de Jazz de Sevilla acoge este domingo 6 de marzo la presentación de la nueva obra de Lencero, Odisea del espacio. Textos flamencos, editado por Fuego fatuo, un acto que contará con la presencia de Ricardo Pachón y el crítico musical Luis Clemente, prologuista y epiloguista, respectivamente, que tratarán, junto al editor, de la relación de Lencero con el flamenco, de la edición del libro y de la identidad vida y obra de Lencero. El evento dará comienzo a las 17:00. Habrá la proyección de una entrevista inédita a Lencero de 1999, tocará el guitarrista flamenco Ian Scionti con su cuarteto y está anunciado también Agujeta Chico con Beatriz Morales.

Ricardo Pachón, en una entrevista de 2017.

Odisea del espacio. Textos flamencos (Fuego fatuo) reúne por primera vez los cuentos, poemas, artículos y libretos que Lencero escribió sobre flamenco, parte de su identidad y mediante la que transmite su forma de vida de un modo sencillo y profundo, transportando la emoción del lenguaje oral al escrito, cuenta el editor, Hugo Sánchez Rey: "Lencero alcanza aquí sus mejores dotes como escritor, desde la prosa periodística al libro de poemas, estos textos nos reflejan las personalidades de unos artistas irrepetibles que cambiaron el rumbo del flamenco para siempre".

Carlos Lencero (Badajoz 1951-2006) conoció de primera mano a una gran diversidad de artistas flamencos. Primero en la Plaza Alta de Badajoz, donde escuchó a las principales figuras locales del momento: Porrina, el Musiquina, la Marelu o Juan Salazar. En Jerez, donde vivió en 1974, escuchó y estudió a Terremoto, el Chocolate, Manuel Agujeta, de quienes escribió retratos sinceros. "Nos dejó un reflejo personal de estos artistas y sus maneras de interpretar los palos más jondos", explica Sánchez Rey.

Tras pasar unos años en Marruecos, Lencero se afincó en Sevilla, donde vivió la mayor parte de su vida artística y donde trabó amistad con la familia Amador y con Ricardo Pachón, autor del prefacio de Odisea del espacio, con quienes mantuvo una amistad de por vida. Lencero y Pachón colaboraron en la serie El Ángel y escribió letras para Pata Negra, Diego Carrasco, Remedios Amaya, Camarón o la Macanita, entro otros. Lencero conoció a estos artistas y supo "adaptar perfectamente la letra a la personalidad" de cada uno, señala Sánchez Rey.

Lencero colaboró también con la revista Alma100 y La Flamenca, cuyos textos pueden encontrarse en 'Odisea del espacio'. Era un escritor que vivió el momento, que trasladó al papel de "forma visceral". En los cuentos se puede ver el reflejo de escritores como Charles Bukowski o Ferdinand Céline, a los que profesó admiración, y supo "hacer de sus influencias un estilo personal, dionisíaco, inmediato". "Estas páginas son una buena muestra de entender el flamenco como forma de vida, una manera de estar en el mundo", dice el editor e investigador Sánchez Rey.

Explica el editor sobre el origen de esta edición la pasión que despertó Lencero en sus años como estudiante en la Fábrica de Tabacos. "Lo conocía como letrista de Pata Negra y Diego Carrasco, pero, estudiando Filología, allá por 1997, cayó en mis manos un libro de cuentos llamado Camello de verano". "A partir de ahí busqué todo lo que tenía Lencero publicado y mis sospechas de estar ante un gran escritor se confirmaron rotundamente", explica Sánchez Rey, que detalla cómo encontró en Mérida a la hija de Lencero, Luna, a quien le explicó el valor que para él tiene la obra de su padre. El hoy editor adquirió a la heredera los derechos de esta recopilación de todos sus textos flamencos.

La nueva sede de la Asociación de Jazz de Sevilla (Assejazz) está en la calle Escarpia, 2, junto al Parque de Miraflores. Antes habrá un almuerzo en el que habrá bacalao con garbanzos.