Charo López y Javier Gurruchaga se entregan a una 'Carcajada salvaje'

Cada vez que se enfrenta a las últimas representaciones de una obra, Charo López siente cómo le invade "el desasosiego, el ansia" por saber cuál será su próximo proyecto. Entonces consulta a esos productores "que viajan y compran las comedias a cientos"; también, explica la intérprete, "te pones a leer por tu cuenta". Pero muy a menudo se produce una situación un tanto contradictoria: la de una actriz que tiene "un público, ganas de trabajar"... pero que no encuentra el material adecuado para reencontrarse con los espectadores. De modo que López, como ya hizo con Tengamos el sexo en paz, de Dario Fo, decidió rescatar otro éxito de su carrera, Carcajada salvaje, de Christopher Durang, un montaje que visita el Lope de Vega desde hoy hasta el domingo.

La versión anterior, que circuló por los escenarios entre 1994 y 1995, tenía a Abel Vitón como protagonista masculino, pero en esta ocasión lo reemplaza Javier Gurruchaga. "No podía ser un actor cualquiera, tenía que ser alguien muy poco convencional. Y el empresario pensó que Javier era el más raro", comenta Charo López, rendida ante su partenaire. "Yo no me enamoro porque ya tengo una edad, pero él es un gran compañero. Extraña su bondad, porque todos tenemos nuestros pinchos, pero a él se le ve venir, no se anda con tonterías. Y las manías de cada personaje son muy diferentes, por eso viene muy bien que seamos actores distintos", opina.

No es casual que Charo López hable de manías: para Gurruchaga, Carcajada salvaje es "una comedia ácida, contundente" sobre "las cosas que nos incomodan, nos obsesionan", un "paseo por la vida, la condición humana" desde la acera de la neurosis. Cuando leyó el texto de Durang -la historia de dos solitarios cuyas vidas se entrecruzan a partir de un incedente en un supermercado con una lata de atún-, el actor y cantante percibió "un tono que me gustó, que me atrapó" y se sintió reconocido con las miserias del hombre que retrataba, hasta el punto de que, pensó, "aquello parecía un documental sobre mí". Para Josep Costa, director de esta adaptación, la creación de Durang describe a dos tipos que intentan "desesperadamente ver el vaso medio lleno", que luchan con el arma de la risa "en medio de la más dolorosa aflicción".

López coincide en esa visión de Carcajada salvaje como un espejo "lleno de cosas con las que el público se reconoce", pero ahora, cree, proporciona un reflejo más actual. "Antes estaba adelantada a su tiempo, aquí entonces no se hablaba de temas como la capa de ozono. Ahora trata temas que son muy cotidianos. En 20 años han pasado muchas cosas en este país, y la obra se podía reponer". En los diálogos se han cambiado detalles "consultados con el autor, claro: donde se mencionaba Chernobyl ahora se alude a Fukushima, se dice algo de internet, también del Papa..."

La intérprete de Secretos del corazón admite estar "asustada por el momento en el que vivimos. Yo no me puedo quejar, estoy protegida porque hay un productor [Jesús Cimarro] que piensa en mí, pero me da miedo que la gente deje de ir al teatro". La protagonista de aquella mítica Los gozos y las sombras se resiste a la televisión. "Haría una serie si el papel es bueno, pero también si puedo no verme. No me gusto, me cuesta mucho: por ejemplo, prefiero las entrevistas en la prensa y la radio a hacerlas en la tele".

Gurruchaga, que recuerda divertido cómo en los 80 vino al Lope de Vega con la Orquesta Mondragón "y el entonces director del teatro temía que se lo íbamos a quemar", lamenta que ahora no haya sitio para buenos cómicos en televisión. El presentador de Viaje con nosotros considera que ahora no habría cabida para espacios como aquél. "A uno de los pocos showmans que quedan lo echan porque no tiene audiencia, una lástima. No hay nada que ver ahora, nosotros sólo ponemos documentales sobre cazadores de nazis o la mafia", bromea.

Carcajada salvaje. Lope de Vega. Desde hoy hasta el sábado, 20:30; domingo, 19:30. Entradas de 4 a 21 euros.