Cultura

El Ballet Flamenco de Andalucía llega al Central de la mano de Rafaela Carrasco

  • La coreógrafa sevillana presenta su primera propuesta para la compañía, 'En la memoria del cante. 1922', recreación de un encuentro crucial para el arte jondo que promovieron Falla y Lorca.

La nueva propuesta del Ballet Flamenco de Andalucía, la primera con Rafaela Carrasco al frente de la formación, llega hoy al Teatro Central, donde se verá hasta el domingo. En la memoria del cante. 1922 recrea el concurso que se celebró en el Patio de los Aljibes de la Alhambra de Granada, un encuentro promovido por el músico Manuel de Falla, el pintor Ignacio Zuloaga y el poeta Federico García Lorca y que supuso un intento de devolver la dignidad perdida al flamenco, "que venía un poco castigado de la Generación del 98, con una imagen negativa, desgastada. El 27 concilió a los intelectuales de la época con la música popular andaluza", señalaba ayer la directora del Instituto Andaluz del Flamenco, María de los Ángeles Carrasco, que acompañó a la bailaora en la presentación de su espectáculo.

Rafaela Carrasco regresa a sus orígenes con esta creación, con la que toma el relevo al anterior director del BFA, Rubén Olmo. "Estuve en la Compañía Andaluza de Danza, cuando empezó [allí fue una de las discípulas de Mario Maya], y después de este tiempo poder volver y mostrar mi bagaje, mi experiencia, es un honor", expresa la coreógrafa, acostumbrada a indagar en el legado del flamenco con montajes como Vamos al tiroteo o La punta y la raíz, un paseo por el baile de Sevilla, que dirigió para la última Bienal. En su nueva obra, la sevillana homenajea a "esos personajes que quisieron reivindicar el flamenco y sacarlo de los sitios de mal ver y peor reputación", y que suscribieron un manifiesto que entre otros tuvo también la rúbrica de Joaquín Turina, Juan Ramón Jiménez o Ramón Pérez de Ayala. Desde "un prisma personal y de una forma conceptual", En la memoria del cante. 1922 repasa los diferentes estilos por los que han pasado a la historia los cantaores que participaron en la cita: la soleá de El Tenazas, la seguiriya de Manuel Torre, la toná de Caracol o la saeta de la Niña de los Peines. "Lo más difícil ha sido que esto es un espectáculo de baile y somos una compañía de danza, y aquello fue un concierto de cante", reflexiona Carrasco. "Hemos creado esos personajes a través del baile, y utilizado en algunos casos las grabaciones que había de ellos, para que se les reconociera mejor", añade sobre una producción que, además, cuenta con la música en directo de los cantaores Miguel Ortega y Antonio Campos y los guitarristas Juan Antonio Suárez Cano y Jesús Torres. La propuesta reserva otros homenajes: tanto el vestuario de Belmonte y Blanco como la escenografía de Gloria Montesinos se inspiran en la paleta de Zuloaga, y durante el transcurso de la obra se oirán algunos de los Poemas del cante jondo que, aunque no fueron publicados hasta 1931, Lorca leyó antes del concurso en el Hotel Alhambra.

En la memoria del cante no ha variado apenas desde su estreno en enero en el Gran Teatro de Córdoba, inicio de una gira que ya ha pasado por Huelva y Martos (Jaén) y que tendrá entre otras paradas el Teatro Villamarta de Jerez, el Alcalá de Madrid, donde estará del 10 al 20 de abril, o el Generalife de Granada, espacio que tomará entre el 22 de julio y el 30 de agosto. "No, no ha habido cambios importantes desde el estreno, excepto que las piezas están más encajadas con el tiempo", apunta Carrasco, orgullosa de retratar "un episodio histórico que la mayoría de la gente no conocía. Pero más allá de eso, el espectáculo es danza, cante, guitarra, flamenco en todas sus vertientes. No hace falta saber mucho de aquello sino sentarse a disfrutar de lo que hay".

Lo "primero" que hicieron antes de los ensayos, desvela Carrasco, fue compartir con el elenco la importancia de aquel Concurso de Cante Jondo de Granada que se celebró en junio de 1922 "y ver cómo lo íbamos a contar". Para ello ha reunido a un grupo de bailaores de una generación "muy preparada y con un potencial enorme. Algunos están empezando y otros llevan más tiempo, pero que tienen mucho que contar. Es gente muy diversa, pero con las mismas ganas de mostrar el mundo interior que tienen", asegura sobre los compañeros que tendrá sobre el escenario, ya que ella también baila en el montaje. Apostar por intérpretes emergentes es uno de los lujos que le permite el salto al formato del Ballet Flamenco de Andalucía. "Es un equipo enorme", afirma asombrada. "Estar a cargo de una compañía de estas dimensiones es un gusto para alguien que viene de la calle, de lo privado, que no tiene habitualmente una infraestructura como ésta", concluye.

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