Cultura

De Olivares a la Staatskapelle

  • La arpista sevillana Rosa Díaz, que acaba de terminar sus estudios en Amsterdam, será academista en la orquesta de la Ópera Estatal de Berlín, donde recibirá clases a la vez que apoyará a la formación

"Yo soy Rosa Díaz Cotán y tengo 25 años". Por su presentación, Díaz parece una joven cualquiera pero será la próxima academista de arpa en la Orquesta Staatskapelle de Berlín, dirigida por Daniel Barenboim. En su nuevo puesto, la olivareña podrá combinar durante dos años la vida de estudiante con la profesional. "Recibes clases de arpa y a la vez tienes que ayudar a la orquesta cada vez que lo necesitan", explica. En este sentido, ella se muestra "encantada con el repertorio ya que es muy bonito al tratarse de una orquesta de ópera, tocaremos todas las obras de Wagner, muchas de Puccini y algunas de Tchaikosvky y Verdi".

Después de finalizar sus estudios de conservatorio en Sevilla, la arpista decidió lanzarse a la aventura y probar suerte en Amsterdam "porque se podía estudiar arpa barroca", gracias al apoyo de la Junta, el dinero del IX Premio para Jóvenes Intérpretes de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla y "unos ahorrillos", comenta. Allí, con su profesora Petra van der Heide preparó las piezas para las pruebas de selección de la orquesta alemana aunque reconoce que no estaba nada nerviosa: "Tres días antes tuve mi examen final en Amsterdam, lo que provocó que estuviera más tranquila en Berlín, sólo tenía nervios al final de cada fase cuando dicen quién pasa". No obstante, Díaz no lo tuvo fácil para conseguir el puesto al que aspiraban 23 arpistas y tuvo que realizar una cuarta prueba con otra alemana "cuando lo habitual es que sólo haya tres fases".

A ella en algún momento le gustaría "volver a Sevilla a devolver todo lo que he aprendido". En este sentido, a Díaz no le importaría dedicarse a la enseñanza y ver "cómo un niño pequeño va avanzando en su instrumento desde el principio hasta poder convertirse en un colega de profesión". Sin embargo, declara que no es el momento ya que no tiene solvencia económica y cree que primero es mejor formarse "hasta sentir que soy lo que quería ser".

En la maleta a Berlín la arpista se lleva "más confianza y ganas de aprender a la vez que la educación de mis padres, a mi familia, amigos y pareja". A pesar de ello, el estar fuera de casa siempre le ha resultado difícil, confiesa, y hasta ha escuchado más flamenco que cuando vivía aquí para sentirse cerca de los suyos: "Los vínculos más fuertes que tengo son hacia personas que están aquí, y eso hace que no se me olvide de dónde vengo y cómo soy".

Por último, la sevillana aconseja a los nuevos músicos que estudien y se preparen mucho porque ella ha conseguido lo que tiene aunque no es "ninguna virtuosa, soy una persona que tenía claro que quería hacerme un hueco en el mundo con mi instrumento y para ello se tiene que combinar lucha con suerte".

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