José del Tomate | Crítica
Una voz reconocible
Crisis de la ROSS
Sorprende que dos mecenas de la Sinfónica protesten contra nosotros, los primeros perjudicados por una huelga que no queríamos hacer, pero que como cualquier trabajador hemos tenido que utilizar cuando no hay ni el diálogo mínimo imprescindible para buscar una salida definitiva a la sexta quiebra técnica consecutiva en los últimos seis años.
La huelga se convocó, con más antelación de la debida, para poder negociar. Buscamos una mediación extrajudicial en el Sercla, se intentó una desconvocatoria desde el más alto nivel de CCOO de Andalucía… y todo lo que se ofrecía eran descalificaciones profesionales y personales a uno de los conjuntos artísticos mejores de este país, según pública coincidencia. Y así fue imposible. Hay que recordar que a la ROSS se accede tras una dura audición de convocatoria pública internacional y un posterior exigente período de prueba.
Nos sorprende que se tache de "absurdo" el que aspiremos a participar con voz pero sin voto en las reuniones de nuestro Consejo de Administración, como veníamos haciendo desde 2012, y que digan "que a cualquiera que tenga una mínima noción de empresa le parecería cómico si no fuera trágico". Basta acceder a las páginas webs de todas las empresas municipales sevillanas, donde se puede comprobar que en todas hay miembros de la representación legal de los trabajadores con voz pero sin voto. Y en cuanto al ámbito andaluz, nuestro Parlamento acaba de aprobar por unanimidad que en el Consejo de administración de la RTVA haya un representante de la plantilla.
Sorprendidos estamos de que hablen de que este comité de empresa está "bajo el mando de CCOO", un lenguaje tan predemocrático como insultantemente provocador. Entre nuestros nueve miembros están ocho músicos de la ROSS, de reconocida solvencia y una representante del cuerpo técnico y administrativo, también licenciada por cierto. Todos y todas tenemos criterio propio y el impecable papel de CCOO en la ROSS consiste en darle viabilidad a las decisiones democráticamente acordadas en la asamblea de la plantilla.
Esperanzados quedamos en una rectificación pública de estos dos mecenas, porque rectificar es de sabios y ellos hasta ahora han demostrado serlo.
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