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Cultura

Del Giraldillo al wow!, Ana Morales cierra en Londres la gira de ‘Sin Permiso’

  • La bailaora puso en pie al público británico en el Sadller’s Wells a su paso por el Flamenco Festival, una cita que reúne en estos días a Estrella Morente, Paula Comitre, Yerai Cortés o la Compañía de María del Mar Moreno 

Una imagen del espectáculo de Ana Morales.

Una imagen del espectáculo de Ana Morales. / DS

Aunque pueda chocar a quienes la ven ahora, Ana Morales confiesa a este diario charlando en una terraza de un pub londinense que durante años pensó que “sólo era una intérprete, que no servía para crear". Lo cuenta justo después de la ovación recibida en el Sadler’s Wells del Londres, a su paso por el Flamenco Festival, la cita dirigida por Miguel Marín que arrancó el martes desatando la euforia entre el público británico con el Viva! de Manuel Liñán y que reunirá hasta el próximo 2 de julio una veintena de propuestas de artistas de todas las generaciones y estéticas como la compañía de María del Mar Moreno (con Pastora Galván, La Moneta y Tía Juana la del Pipa), Paula Comitre,  Yerai Cortés o Estrella Morente, que protagonizan este primer fin de semana.

Aquí, en uno de los teatros de danza más importantes del mundo y con una sala abarrotada, la bailaora y coreógrafa ha puesto fin a la gira de este exitoso Sin permiso. Canciones para el silencio, una propuesta íntima y catárquica que se hizo con el Giraldillo al Baile en su estreno hace cuatro años en la Bienal de Sevilla y con la que se ha consolidado como una de las bailaoras más personales, interesantes y completas de su generación.

Las lágrimas que entonces se vieron en el Lope de Vega con la serrana susurrada a media voz o la rotunda seguiriya que le cantó Juan José Amador exuberante se sustituyeron este jueves en la capital británica por silbidos y eufóricos gritos de wow que trataban de expresar igual la sorpresa no sólo por el dominio técnico de la artista -“Morales displayed gorgeous arching-back fluidity and the rapid-fire footwork known as zapateado”, decía en inglés The New York Times-, sino por la firmeza y la naturalidad con la que pone a prueba su cuerpo.

De hecho, quizás sea esta obra difícil y exigente, en la que Morales escarba en su biografía para afrontar la pérdida de su padre y su compleja relación con Andalucía y el flamenco, la que marca un punto de inflexión en la trayectoria de la catalana, sobre todo porque toma consciencia de quién es y del baile que defiende. Ése que nace cuando se entiende que no se trata de demostrar nada a los demás sino de ser fiel y coherente con una misma.

Por supuesto, reflexiona la coreógrafa, en este tiempo de extensa y exitosa gira ha vivido un proceso de transformación y consolidación de su personalidad artística que la lleva a afrontar la pieza desde otro lugar. “Entonces tuve que profundizar en mis emociones y hacer un proceso de búsqueda, doloroso, hasta llegar a la médula”, sin embargo, añade, “me he dado cuenta que ese trabajo se queda ya ahí y ahora puedo salir a disfrutar del baile”, apunta.

La bailaora prepara ahora la gira de 'Peculiar' con la que pisará el Teatro Maestranza el 16 de septiembre en la Bienal, tras su estreno en La Villete de París

Una liberación que le permitió comunicarse sin reservas con el soberbio e imprescindible elenco que le acompaña (desde el expansivo José Manuel Álvarez al baile, a la sensible guitarra de Canito, o la sugerente y minuciosa percusión de Javier Rabadán), introduciendo nuevos gestos y recreándose en “pequeños detalles” en los que participaron todos, actuando como abrigo, asidero, desafío o porfía.

Desde luego en el patio de butacas se notó esa sensación que da el saber que esta noche se cerraba una etapa pletórica. “Estábamos muy emocionados, era inevitable no llorar al pensar que es la última vez que haremos juntos esta obra nos ha traído tantas alegrías”, relataban luego en la puerta del teatro.

Claro que para Ana no es el fin sino la continuación de una prometedora carrera donde se vislumbra como una bailaora sólida, inteligente y, ahora sí, segura de sus posibilidades, que se rifan en los escenarios de todo el mundo. Así ha ocurrido con La cuerda floja (2020) y con Peculiar, la novena producción que acaba de estrenar en la Grande Halle de La Villette de París el pasado 16 de junio y que cuenta con la coproducción del Teatro de Nimes, donde adelantó una pieza en enero, del In Progress desarrollado en Torrox de la mano de Flamenco Festival y de la Bienal de Flamenco de Sevilla, que acogerá el 16 de septiembre en el Teatro de la Maestranza la obra donde estará acompañada de Raül Refree (música off), Miguel Marín Arbol, Rycardo Moreno, Ana Crisman, Antonio Molina ‘El Choro’, Julia Acosta y Tomás de Perrate.

Junto a la actuación de la catalana, el Flamenco Festival sumó este jueves la de Boreal, la valiente y transgresora propuesta de los bailarines Daniel Ramos y Víctor Martín en la que revisan la tradición de la escuela bolera y el clásico español aportándole una nueva musicalidad y estética y que hizo las delicias de los espectadores en piezas como el diálogo de palillos. De esta forma, del Lilian Baylis Studio, la sala pequeña del Sadler’s Wells salía también un público eufórico que felicitaba a Marín en la salida: -Oh! It’s been fantastic! Pues eso, qué alegría que el flamenco, o mejor, los flamencos, entusiasmen allá donde pisen.

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