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Cultura

El díptico ensoñador de I am Dive

  • El dúo, que llega mañana a 'Nocturama', acaba de publicar 'Driftwood', un estupendo álbum de remezclas de los temas de su primer disco, 'Ghostwoods', editado a finales del año pasado

Discos de remezclas hay muchos, para todos los gustos, a montones, pero no son tan abundantes los que tienen un verdadero sentido. Acariciando los oídos, abriendo pasadizos mentales de belleza flotante y quebradiza, Driftwood, de I am Dive, entra por derecho propio en el segundo apartado. El álbum -recién editado por Foehn, uno de esos pequeños grandes sellos que discretamente, artesanalmente, lleva años construyendo un catálogo exquisito, impermeable a los volátiles productos de temporada- constituye un sugerente díptico junto con Ghostwoods, el primer álbum del grupo, publicado a finales del año pasado tras cuatro epés que dejaron ya trazadas las coordenadas del proyecto: dream pop acústico con vetas de shoegaze y latido entre ambient e IDM, a ratos en la onda de lo que hace algunos años se dio en llamar folktrónica; más allá de marcas estilísticas, canciones íntimas, evocadoras, "más tristes que alegres", como dice Esteban Ruiz, mitad del dúo sevillano que completa José A. Pérez.

El germen de Driftwood se encuentra en la amistad que los une con David Cordero, gaditano afincado en Sevilla, y otro de esos músicos, primero con Úrsula, últimamente bajo su propio nombre o en Jacob, que ha desarrollado su carrera siempre por libre. "Hace un tiempo empezamos a hacer remezclas, y una de ellas era de un tema suyo. Luego él nos hizo una a nosotros, nos gustó, nos planteamos proponer otras a otros músicos que nos gustan, y la idea fue creciendo desde el epé que pensamos inicialmente hasta el largo", cuenta Pérez. Cordero firma la remezcla de Summer Camp, una de las pieza ya emblemáticas del repertorio de I am Dive, y que en su versión reelaborada cierra el conjunto de ocho temas que compone el disco, al que han contribuido también Superalgebra, Maps And Diagrams, Miaoux Miaoux, The Suicide of Western Culture, Balago, Dag Rosenqvist y Asonat. "Cuando escuchamos todos los temas -dice Ruiz- sentimos que el disco [Ghostwoods] había encontrado una nueva vida que no esperábamos. La gente suele entender que un disco es algo cerrado, terminado, y a mí me parece bien, entre otras cosas por salud mental. Pero el hecho de tener el disco de remezclas lo convierte, creo yo, en algo más perfecto, en el sentido de que siento que ahora sí, que ya sí que está cerrado".

Con el apoyo logístico de Sounds from Spain, un proyecto del Instituto de Comercio Exterior, el dúo acaba de realizar una pequeña gira por Estados Unidos. Empezó en Austin, en el festival South by Southwest, una de las reuniones anuales más importantes de la escena independiente internacional, y continuó con una decena de actuaciones durante dos semanas hasta concluir el viaje en Nueva York. "Ahora vendrá alguien y dirá eso de I am Dive lo están petando, pero yo no lo veo tan así", dice Ruiz, como asumiendo que quienes dicen tal cosa, lo hacen desde una suspicacia algo esquinada.

La cuestión es que I am Dive significa para ambos el encuentro con el proyecto que buscaron -sin encontrarlo completamente- durante muchos años. Y al menos en el caso de Ruiz sólo ha sido posible después de no pocos escarmientos. Por eso, desliza éste, procuran no pensar en una cuestión tan resbaladiza y personal como el éxito, a pesar del extraordinario entusiasmo que sus trabajos han suscitado en la prensa especializada. "Yo la he cagado de todas las maneras posibles durante 15 o 16 años y ya sé que hay una lista enorme de fallos que no quiero volver a cometer", dice. "Quizá vivamos I am Dive desde perspectivas distintas", tercia Pérez; pero en todo caso ambos, con experiencias previas en otras bandas -el último, como guitarrista de Blacanova, entre otras muchas aventuras desde los años 90; el primero como miembro primero de Renochild y luego de The Baltic Sea-, tienen, más allá de la afinidad creativa, visiones muy precisas y coincidentes de cómo debe ser "la gestión del proyecto artístico".

"Ahora es todo más libre, más divertido", explica Ruiz, que mañana actuará en Nocturama por partida doble: junto a Pérez con I am Dive, y con el resto de los integrantes de The Baltic Sea en el concierto de despedida de este grupo. "Esto va de disfrutar del proceso -retoma-: disfrutarlo realmente. Y eso es un punto a nuestro favor, no frente a nadie, sino frente a nosotros mismos. No tenemos la sensación de que sacar discos o tocar en festivales sea El Objetivo. Nosotros lo que queremos es hacer canciones y sentirnos contentos con lo que pase alrededor de ellas, lo cual implica que te centras en el proceso de hacerlas y no en estar pendientes de resultados hipotéticos que no dependen de ti y que pueden llegar a frustrarte", dice Ruiz. "Y no hay prisas, si nos tiramos dos meses para terminar una canción, pues dos meses. En este sentido, es clave el hecho de tener el estudio en casa: le podemos dedicar todo el tiempo, todo el amor que haga falta", añade Pérez.

"Desde luego lo que no hay", advierte este último, "es un plan para hacer tal tipo de sonido". "Somos como esponjas y, al final, todo lo que escuchamos y todo lo que nos pasa, y ya sé que puede sonar un poco cursi pero es así, acaba formando parte de las canciones de una manera u otra. Supongo que pasar mucho tiempo en el campo puede influir. Yo me tiré una semana en Suecia grabando como un gilipollas un montón de pajaritos, sonidos que me encontraba... Y eso está en el disco, aunque parezca una chorrada contribuye a crear una atmósfera", dice Pérez sobre la potente cualidad evocadora de la música de I am Dive.

"En lo que yo aporto a las canciones, condiciona bastante el hecho de que me cuesta mucho, pero mucho, mucho hablar de mis dramas. Hacer canciones ha sido para mí siempre un poco eso, hablar de cosas que me hacen daño sin tener que nombrarlas explícitamente. No sé si es un mecanismo de defensa o una patología, pero cuando consigo dejar todo eso dentro de una canción, entonces me hace ya menos daño. Quizás por eso las canciones son un poco turbias y oscuras", dice Ruiz, autor de todas las letras del grupo, que prepara ya para los próximos meses la edición de una cassette con Knockturne Records y de un 10 pulgadas con Squaring the Circle.

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