La esculturas en hierro de Julio González, por fin en el Reina Sofía

El Museo salda la deuda con el artista con una gran retrospectiva de su obra

'Cabeza de Montserrat gritando', obra del artista catalán.
Mila Trenas (Efe) / Madrid

11 de marzo 2009 - 05:00

Julio González fue, junto con Giacometti y Brancusi, uno de los tres grandes de la escultura del siglo XX, pero hasta ahora no se había saldado la deuda que con él se tenía con una gran retrospectiva organizada en el Museo Reina Sofía que hoy se inaugura. Considerado el padre de la escultura moderna en hierro, González (Barcelona, 1876-Arcueil, 1942) comenzó a trabajar el hierro a finales de los años 20, con más de cincuenta años. Su contacto con Picasso, con quien colaboró entre 1928 y 1932, le permitió descubrir las posibilidades que tenía este material.

"No hay duda de que Julio González es uno de los artistas españoles que ocupa un lugar más destacado y de privilegio en el siglo XX", según la comisaria Mercè Doñate, responsable de la colección de Arte Moderno del MNAC, que coproduce esta muestra integrada por más de doscientas obras.

En los primeros ámbitos, González antes de González, se pueden contemplar sus inicios como artesano y orfebre, así como sus primeros dibujos, pinturas, algunas esculturas de pequeño formato y máscaras de cobre repujado.

En La experimentación con el relieve se muestra cómo trabaja en relieves en metal en detrimento de la pintura, tratando el cobre repujado, con el que investiga las posibilidades de la plancha de hierro.

Dibujar en el espacio trata su relación con Picasso y su transformación del hierro en materia escultórica, con nuevas formas que se alejaban de los planteamientos tradicionales de simetría, creando un lenguaje abstracto innovador.

El siguiente ámbito aborda La construcción de un símbolo. La Montserrat. González cedió La Montserrat para ser expuesta en el Pabellón de la República Española en la Exposición de París de 1937. La figura de la campesina catalana con un hijo en brazos y una hoz en la mano se convirtió en un símbolo contra la violencia de la guerra. Es una de sus obras maestras pero su estado de conservación no ha permitido su cesión por parte del museo Stedelijk Museum de Amsterdam en el que se encuentra, por lo que la exposición reúne obras que muestran su larga gestación.

La última etapa. La figura metamórfica, trata de las dos esculturas más destacadas de su producción: La Montserrat, por su carácter simbólico, y Mujer ante el espejo, porque supone la culminación de su lenguaje. Esta pieza, obra maestra capital de la escultura moderna, es según la comisaria la más ambiciosa de González tanto por sus dimensiones como por su gran complejidad conceptual y formal.

l Julio González. Del 11 de marzo al 1 de junio. Museo Nacional Reina Sofía.

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