Arroyo de la miel

Guitarra y dirección: Juan Requena. Cante: Pedro el Granaíno. Voces y palmas: Los Makarines. Bajo: Julián Heredia. Percusión: Paco Vega. Lugar: Sala Chicarreros. Fecha: Jueves 26 de noviembre. Aforo: Media entrada.

Requena es un representante muy cualificado de la guitarra flamenca actual, complicada en los aspectos armónicos y melódicos, muy técnica y exigente, también, en el elemento rítmico. Una estética exigente tanto para el intérprete como para el aficionado. Así lo vimos en la bulería que Requena compuso en homenaje a su ídolo, Paco de Lucía. O en la taranta, en donde Requena propuso un delicioso contraste entre las disonancias típicas de este toque y el lirismo de su trémolo.

Algo parecido podemos decir de la soleá, en la que el contraste vino de la confrontación entre los rasgueados clásicos y las falsetas intrincadas. Requena es un típico representante de la escuela guitarrística actual aunque, a diferencia de muchos de sus compañeros, en su toque se escuchan todas las notas. Es un virtuoso, tanto de la pulsación como en los aspectos rítmicos. Su guitarra es sólida y compleja. Compleja pero sólida.

El concierto ganó calidez con la entrada del grupo por colombianas, tangos, bulerías y en el tema La guitarra de Federico García Lorca, en el que Los Makarines ofrecieron un bonito arreglo vocal. El tocaor se relajó con la presencia de sus músicos y las falsetas se hicieron más accesibles. Además, por fin escuchamos, después de mucho tiempo, un auténtico bajo flamenco, en la línea del "creador" de este instrumento, Carles Benavent. El de Julián Heredia, un músico que dio color e intimismo al concierto.

La entrada de Pedro el Granaíno también aportó calidez y complicidad al espectáculo. La austeridad en la composición y la puesta en escena de la granaína contrastó con la voz bellísima, rota y plena de colores, del cantaor. También en la seguiriya, un segundo homenaje a Morente que lo fue también a Manuel Vallejo y Pastora Pavón. Requena es un sensible acompañante del cante y este concepto rítmico de la seguiriya es verdederamente hipnótico. El Granaíno ofreció además unas deliciosas pinceladas por tangos y en la fiesta que cerró la noche. Un recital, en el que Requena presentó su primer disco, que acabó con la energía a tope.