Miguel Marín, director del Flamenco Festival de Nueva York: “La intensidad del flamenco lo ha convertido en un fenómeno internacional”

Con el aval de haber incluido el flamenco en la programación de alguno de los centros de la danza mundial, como el City Center, Miguel Marín (Córdoba, 1967) afronta una nueva edición del Flamenco Festival de Nueva York ampliando su oferta a nuevas expresiones como el teatro y el circo, siempre en torno a la obra de Lorca, que este año inspira el protagonismo de Granada en la cita. Nombres como los de Marina Heredia, El Turry, Patricia Guerrero o Juan Habichuela Nieto componen una programación que se extiende también a Chicago, San Francisco y Miami con 26 actuaciones que se completan con un ciclo de cine, simposios y actividades callejeras. Una ocasión idónea para hablar con su director de la vigencia internacional del flamenco, las peculiaridades del público extranjero y el desempeño de las instituciones públicas en la difusión del arte jondo.

Pregunta.Dedica a la cita Lorca y su doble vinculación con el flamenco y Nueva York, ¿cómo no lo había hecho antes?

Respuesta.Paseando el año pasado por alguno de los rincones neoyorkinos que inspiraron a Lorca se nos ocurrió la idea, que era importante resaltar la vinculación a través del poeta entre Nueva York y Granada, poniendo el foco en la variedad y la riqueza artísticas que hay en Granada. Personalmente, creo que en eso tiene mucho que ver el legado del maestro Enrique Morente.

P.¿Cuál cree que es el aspecto diferencial del flamenco de Granada?

R.Primero su expresividad. Cuando vemos bailar a Eva Yerbabuena hay una parte de ese salvajismo que proviene de las cuevas, existe un sabor que es difícil de explicar, pero que se nota. Lo que sí veo más palpable en este momento es esa amplitud de miras: el que grupos como La Plazuela nazcan en Granada no es casualidad. Luego repasando los nombres de los grandes intérpretes de estos momentos, encontramos que hay mucho granadino: Manuel Liñán, Patricia Guerreo o la propia Eva Yerbabuena.

P.¿Qué claves de la relación de Lorca con la Gran Manzana son las que esta edición puede ayudar a descubrir?

R.La relación es la que él estableció en su poesía, cómo la ciudad le impactó. En ese sentido, por un lado hemos querido llevar trabajos suyos al escenario con artistas que vienen al festival; y por otro recrear alguna de las experiencias que él tuvo en ese viaje. Por ejemplo, si hay algo que le impactó de Nueva York fue la música, en especial el jazz. Para recordar ese descubrimiento hemos organizado una residencia artística entre el guitarrista Carlos de Jacoba y el pianista de jazz Zaccai Curtis.

Mi objetivo no ha sido reafirmar estereotipos. La imagen de postal es flamenca, pero la vanguardia también"

P.La creación de residencias artísticas en nuestro país es una de las reivindicaciones más recurrentes de los flamencos en los últimos años.

R.Lógico, porque es fundamental. De hecho, dentro del FFNY llevamos organizando residencias artísticas desde 2012 en Nueva York y Londres y desde hace cuatro años en Torrox en colaboración con su Ayuntamiento. El flamenco ha cambiado mucho, los periodos de ensayos y los procesos creativos eran mucho más breves y seguramente más sencillos. Hoy no es solamente interpretar una soleá, hoy todos quieren contar algo, y eso conlleva una inmersión en los proyectos. Esto supone un cambio de paradigma en el flamenco, que lo iguala así a otras artes escénicas como el ballet o la ópera.

P.Para un público internacional ofrece el aspecto genuino de lo local, ¿no teme que no se entienda?

R.Lo bueno de acercarte al flamenco por primera vez es que no tienes nada preconcebido. A veces los españoles tampoco notamos los matices, lo fundamental es que se produzca esa conexión. Lo que define al flamenco es su intensidad, y eso lo ha convertido en un fenómeno internacional. No es nada intelectual ni de comprensión. Además, el público americano es muy curioso, y muy maduro, seguro que hacen una investigación previa.

P.Algunos de los artistas programados representan un claro espíritu vanguardista, ¿le preocupa que una parte del público aspire siempre a la imagen de postal?

R.Mi objetivo nunca ha sido reafirmar los estereotipos. La imagen de postal es flamenca, pero la vanguardia también. Esa evolución ha abierto espacios de exposición que antes permanecían ajenos a nuestro arte porque lo consideraban folclore. Gracias a estas propuestas innovadoras los teatros de Nueva York se abren a ellas según su espíritu. Empezamos trabajando con cuatro teatros y ahora lo hacemos con quince. Cuando estrenamos Viva de Manuel Liñán rompimos ese paradigma de masculinidad y feminidad tan férrea que se tenía en el extranjero sobre el baile, siendo uno de los espectáculos más exitosos de la historia del festival.

P.Patricia Guerrero o Alfonso Losa debutan en Nueva York. Usted que los trata de cerca, ¿hay un efecto Nueva York en los artistas?

R.Lo que les escucho decir a ellos es que lo que impone es saber que si vas por ejemplo al City Center, vas a uno de los templos mundiales de la danza, donde han bailado las estrellas más importantes del mundo. Otorga responsabilidad y orgullo.

P.Muchos festivales flamencos ubicados en el extranjero se consideran excelentes espacios de exposición e innovación, pero ¿cree que empiezan a serlo también de consagración?

R.Todo lo que se hace en el extranjero viene a decir que el flamenco es relevante fuera de España, que no tiene ninguna limitación, ni siquiera lingüística. El FFNY es un espacio de consagración pero, sobre todo, de trampolín, porque si un espectáculo triunfa allí, los programadores de los teatros de todo el mundo, que están muy pendientes de lo que se hace en Manhattan, querrán contratar esos artistas también. Que el City Center haya programado ciertas cosas nos ha abierto la puerta de lugares como la ópera de Sidney. Es un efecto expansivo.

Me decepciona que la Junta de Andalucía se aparte de un festival tan importante"

P.Como novedad este año, el festival se ha abierto a otras disciplinas de las artes escénicas, como el circo, por parte de Zen del Sur, y al teatro, con una representación de La casa de Bernarda Alba a cargo de la compañía del Repertorio Español.

R.Era imprescindible llevar esa faceta de Lorca. La Zen del Sur ejemplifica cómo la capilaridad del flamenco va traspasando las disciplinas escénicas y puede llegar a conectar con algo como el circo.

P.Entre las actividades de difusión se incluyen una cajonada y actividades para escolares: ¿cómo capta la atención de una ciudad hiperestimulada?

R.El secreto ha sido el crear lazos con instituciones culturales muy asentadas en Nueva York. Nosotros pretendíamos ser programación estable de las instituciones con las que colaboramos, ellos ya tienen sus canales, sus dinámicas y su público. Eso también nos abre la puerta a públicos diversos. Esas relaciones se han ido ampliando, lo que demuestra la importancia del flamenco.

P.Esta edición cuenta con financiación de la Diputación de Granada, su Ayuntamiento y el Instituto Cervantes, sin embargo, la Junta de Andalucía sigue ausente.

R.Siento decepción. No se entiende que la Junta se aparte de un festival que a nivel internacional es de los que más relevancia, notoriedad y difusión da al flamenco. Además, siento decepción porque entre las instituciones haya tan poca coordinación. Es curioso que en mitad de nuestra programación de Miami, el Ayuntamiento de Sevilla apoye un evento como la Feria de Abril en Miami, lo que supone una contra programación.