La palabra, la emoción, la vida

Lorca | Crítica de teatro

Una imagen de Lorca, el octavo montaje del Teatro Laboratorio.

La ficha

***** ‘Lorca’. Compañía Laboratorio Teatro. Dirección y puesta en escena: Jessica Walker. Dramaturgia colectiva: Compañía Laboratorio Teatro. Intérpretes: Carlos Martín-Peñasco, Óscar García Carranza, Paloma Remolina Gallego, David Soler Close, Roser Vallvé, Camilo Zaffora, Manuel Almonacid y Jessica Walker. Diseño de luces: Jessica Walker. Lugar: Teatro TNT. Fecha: Sábado, 31 de mayo. Aforo: Tres cuartos de entrada.

Anoche volvió a Sevilla, a la periferia de Sevilla donde se encuentra el teatro TNT, el Teatro Laboratorio que la chilena Jessica Walker lleva dirigiendo más de 20 años en Barcelona, junto con una escuela de teatro.

Es la cuarta vez que visita el TNT -la última con Allende- pero aún resuena en la memoria y en los corazones aquel Altazor, la obra con que debutara en esta ciudad. Un poema de Vicente Huidobro convertido en una inefable e inolvidable materia escénica.

Lorca es el título del espectáculo que presentaron anoche y al que muchos acudimos con algo de prevención. A estas alturas, es realmente difícil afrontar una figura tan grande, tan poliédrica… y tan manoseada.

Pero Teatro Laboratorio consiguió lo que parecía imposible. Marca de la casa son los objetos que permiten a los actores -perfectamente entrenados físicamente- trabajar en varias alturas. En esta ocasión, cinco arcones o armarios de madera polivalentes y un andamio que los intérpretes desplazan y utilizan a voluntad. En un ángulo, el piano de Federico y una foto del poeta.

Típica también la iluminación, cuatro lámparas de pie en el escenario y dos grandes focos que siguen en todo momento a los actores -que invaden frecuentemente el patio de butacas- en manos de dos personas que flanquean a la directora, siempre sentada frente a la escena.

La pieza, creación colectiva, es una especie de collage. Una historia contada con decenas de textos de Federico, ya en prosa ya en verso, procedentes de toda su obra, desde sus escritos sobre La Barraca hasta Poeta en Nueva York, pasando por Mariana Pineda o Así que pasen cinco años.

Junto a estos, otros de la propia compañía, necesarios para contar algunos pasajes de una historia que, vergonzosamente, terminó en un barranco, con un cuerpo aún por encontrar.

Junto al poeta (Carlos Martín Peñasco) aparecen un montón de personajes simbólicos, como la muerte, aquí mexicana con cara de calaca -un caramelo para una actriz-, o Bernarda Alba, o reales: su padre, que tras el asesinato se marcha de esta tierra ingrata para no volver jamás, el siempre estrafalario Salvador Dalí, tan amado por Federico, Franco (con una intervención que se nos hizo demasiado larga), o un simpático Ian Gibson, el escritor irlandés que lleva una vida dedicado a Lorca, que provocó muchas risas en el público, magistralmente interpretado por el propio Martín-Peñasco.

Con todo este maremágnum textual, con actores y actrices que salen y entran, suben y bajan continuamente, con todo este caos, Jessica Walker, que acostumbra a cocinar a fuego lento sus obras, ha logrado componer un tejido de una increíble altura poética, algo semejante a una colcha de Patchwork cuyos retazos, a veces trozos de telas absurdas, constituyen finalmente una bellísima composición que, además, nos envuelve y nos calienta.

Un tejido hecho para el disfrute de todos y de todas. De los más intelectuales, que reconocen cada verso y cada episodio, y de los que no saben qué es el surrealismo o quiénes fueron los Rosales. Para estos, la misma emoción.

Porque todos recibimos el eco de sus palabras, a veces incomprensibles, pero que resuenan en los corazones como la voz de Camarón en La Leyenda del Tiempo, o de Morente en el Vals vienés. Una historia viva de sueños, de viajes -como el de Nueva York, donde Lorca vivió en directo la debacle de la bolsa de 1929-, de pasión por la literatura y de amores. Los amores prohibidos de un muchacho lleno de talento y vitalidad que fue asesinado, según la guardia civil, “por rojo y por maricón”. Asesinado -y aquí interviene la propia directora- como Samuel, el joven que murió en A Coruña, en 2021, tras una brutal agresión homófoba.

En esta ocasión, Teatro Laboratorio se presenta bajo el paraguas de FOC, el Festival Cultura con Orgullo que se está celebrando en varias salas de la ciudad y que esta noche clausura su novena Edición.

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