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LITERATURA

Un fin de fiesta en la Feria del Libro de Sevilla entre acordes y versos

La cantante y compositora Rozalén (Albacete, 1986).

La cantante y compositora Rozalén (Albacete, 1986). / M. G.

La Feria del Libro e Hispalit terminan mañana, domingo 5 de noviembre. Una clausura en la que se celebrará el aforo completo en muchos de los coloquios y el trasiego constante de público por los expositores de la Plaza Nueva a lo largo de la semana. Ni siquiera la borrasca Ciarán tuvo un protagonismo reseñable el jueves. El fin de fiesta tendrá un doble acento: musical y poético. El escritor Benjamín Prado (Madrid, 1961) y la exitosa cantante y compositora Rozalén (Albacete, 1986) protagonizarán un último diálogo –con formato de programa de radio– mañana en la Plaza de San Francisco a las 20:00 horas. La actividad, que lleva el nombre de BuleBar Poético, reivindicará el carácter lírico de algunas canciones. Esta iniciativa, que pone el foco en el binomio entre poesía y música, ha contado en programaciones anteriores con la participación de Christina Rosenvinge, Pedro Guerra, Nach, Miguel Ríos o el propio Benjamín Prado.

"Será una charla en la que hablaremos de la literatura que hay en algunas canciones y a lo mejor nos arrancamos con alguna sorpresilla", explica a este periódico Rozalén y pone especial énfasis en que le encantan este tipo de formatos "en los que el público puede preguntar, porque salen cuestiones y conversaciones que, de manera natural, no se darían". 

El centro del coloquio será esa música que lleva reivindicación, poesía y protesta en sus letras. Esa que, aunque no encabece las listas de los más vendidos, se esfuerza por abrirse hueco y ocupar su sitio. "Hay muchos grupos de rock o de canción de autor que sí que llenan los conciertos y que tienen otro tipo de público más underground, como Arde Bogotá", señala la compositora. Indica que prefiere mantenerse "optimista", porque "no sería justo decir que no hay poesía ahora, pero hay que buscarla".

La artista viajará mañana a la capital hispalense directamente desde Bilbao. Recuerda entre risas que no dudó ni un segundo en responder a la propuesta de uno de sus mejores compañeros de batallas: Benjamín Prado.

No es la primera vez que este tándem se une. Ya lo hicieron en el último disco de la cantante, Matriz, con una reversión de El Pichi: "En este álbum quise hacer un guiño a Madrid y a Sara Montiel con El Pichi original. Cuando me di cuenta de las barbaridades que decía la letra, le propuse a Benjamín hacer una versión 2.0". El poeta ya había hecho lo propio con 19 días y 500 noches de Sabina para la cantante Travis Birds "y el resultado ha quedado divertídisimo, aunque la original hay que escucharla porque está dentro de un contexto", indica la intérprete.

Precisamente, una de las principales características de este trabajo es su particular homenaje a la cultura popular nacional. Las 21 canciones que conforman Matriz representan un viaje sonoro a lo largo y ancho de prácticamente todas las regiones, desde Andalucía hasta Galicia. Matiza que quiere hacer una segunda versión, porque se ha dejado algunas tierras en el tintero como Extremadura. "Era una manera distinta de decir te quiero a diferentes lugares", señala y pone en valor las sevillanas de La Amapola y el Romero, junto al teclista sevillano Álvaro Gandul: "Sevilla se ha llevado una partecica con estas sevillanas de Pareja Obregón que me parecen una delicia, tan lentas y jazzeadas".

No duda en afirmar que este proyecto es el que más le ha hecho crecer "en el oficio". "Ha sido muy simbólico el cantar en otras lenguas". Y lo hace en A Vixe do Portovello, junto a Tanxugueiras o en Xalbadorren heriotzean, una canción original de Xabier Leten en euskera. "No era consciente de lo importante que es cuidar las lenguas, la cultura de cada rincón. Simplemente es hacer lo mismo que quieres que hagan contigo, que se interesen por tu tierra", apostilla y hace hincapié en que "ha sido muy hermoso el abrir la mente" para darse cuenta de que "la vida es más bonita de colores que en blanco y negro".

Un trabajo que, a pesar de ser uno de los más especiales de los que la artista ha fraguado, se presentó en una gira con un formato íntimo. O precisamente por este motivo, Rozalén decidió llevar a cabo cinco conciertos el año pasado y otros cinco a lo largo del pasado verano. "Nos hemos quedado con muchas ganas de hacer un gira de verdad", indica.

Ya está terminando su próximo trabajo y promete que, "en muy poquito", empezarán a salir canciones nuevas. Concretamente, antes de que acabe el año. Sin embargo, hasta 2024 no verá la luz el trabajo al completo. "Desde 2020 no saco un álbum con temas propios. En Matriz hay alguna de autoría mía, pero muchas son populares". Camina entre los nervios y la emoción por abrirse al mundo para cantar y contar "todo lo que he vivido estos años". Promete "que hay cosas fuertecitas", pero también "más canciones de amor que nunca".

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