TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

Artes Escénicas

Una (nueva) historia de violencia

  • Andrés Lima lleva al Teatro Central 'Shock 2 (La tormenta y la guerra)'

'Shock 2' reflexiona sobre la posverdad y la mentira.

'Shock 2' reflexiona sobre la posverdad y la mentira. / Centro Dramático Nacional

El director Andrés Lima continúa explorando "el uso de la violencia por parte del capital para imponer su ley" en Shock 2 (La tormenta y la guerra), un montaje del Centro Dramático Nacional y Check-In Producciones que se representa en el Teatro Central este fin de semana. Esta segunda entrega se verá hoy y mañana a las 21:00 y el domingo a las 17:00, mientras que la primera parte, Shock (El cóndor y el puma), se recupera para el público de Sevilla el domingo a las 12:00.

En esta ocasión, partiendo de nuevo de La doctrina del shock de Naomi Klein, aunque apoyándose asimismo en los reportajes de Olga Rodríguez y los documentales de Alba Sotorra, Lima y su equipo abordan "la revolución conservadora pilotada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan" en un recorrido que culmina "en el primer gran shock del siglo XXI: la guerra de Iraq". El director de obras como Marat-Sade (2006) y Hamelin (2005) encuentra "varias diferencias" en este nuevo tramo, frente a los hechos recogidos en la otra producción, que recreaba el golpe de estado de Pinochet. "En este tiempo se empieza a dar", opina Lima, "algo muy llamativo, un desprecio por la verdad. Con Iraq se utilizó el recurso de las armas de destrucción masiva para tener una excusa ante el mundo, aunque después se supiese de esa invención y no hubiese consecuencias. En Inglaterra Tony Blair pidió perdón, pero aquí nadie dijo nada", defiende el Premio Nacional de Teatro en 2019. "Y ese uso de la mentira va a seguir, seguirá en la era Trump y será algo ya muy instalado en la clase política, como una manera de tener controlada a la opinión pública, de conservar el poder. Para mí la mayor diferencia, en el espectáculo se nota, es que a medida que nos acercamos hay más oscuridad: la violencia es más dura, más siniestra. En los años 70 el ataque a la Casa de la Moneda por parte de Pinochet, apoyado por Washington, fue brutal, las acciones bélicas tenían espectacularidad para infundir el terror en la población, para sembrar el caos, pero a partir del atentado de las Torres Gemelas todo se vuelve más oscuro, más opaco, con las torturas, esa invasión disfrazada de guerra, las mentiras, cómo se desmiembra un país para que quede en manos de los mercenarios y la violencia", prosigue Lima.

Thatcher, Reagan, la familia Bush o los Aznar son algunos de los personajes de la obra

Como la propuesta anterior, Shock 2 despliega un abrumador fresco del escenario político, también de la vida que nos tocó vivir: por el escenario desfilan Wojtila, Yeltsin, Deng Xiaoping, Mandela, la familia Bush, los Aznar, Donald Rumsfeld, Dick Cheney o Sadam Huseín... Preguntado por cuál es el referente que más le intriga, el director responde: "En realidad me inquietan todos, esa masa política ante la que piensas de que da igual uno que otro. La manipulación del presente, que queda además para la Historia, es tremenda por parte de muchos de los líderes. Comparten la ambición. El poder es curioso: siempre estás esperando que llegue alguien que lo haga bien, pero normalmente es una historia que se repite. Todos los personajes vienen condicionados, y ésa es la tesis de la función, por algo anterior, más grande y más ruidoso. Si enfocas tu vida hacia el confort que propone la ilusión del dinero estás en el mundo correcto. Si no, estarás siempre en desacuerdo. No hay dudas, es una balanza bastante clara. Thatcher repite en este montaje porque es una de las impulsoras de este sistema y porque es una figura muy compleja, pero", matiza Lima, "no es cuestión de buenos y malos. Volvamos a Pinochet", dice el creador madrileño. "Cuando impone el régimen del terror, está sirviendo a los intereses de algo mucho más grande. Todos estos personajes responden a esta manera en que el capitalismo, el neoliberalismo más salvaje, impone su ley. ¡Pero hay tantos personajes! Bin Laden me parece misterioso y curiosísimo, el propio trío de las Azores es digno de estudio, Cheney y Rumsfeld se metieron en escándalos que otro país democrático no habría tolerado... Destacaría a alguien más: la comandante Arian, del ejército kurdo, que representa algo muy loable, una mujer que lucha contra el Daesh y explica su lucha por la libertad, la igualdad y el amor. Recomiendo a los espectadores que se fijen en ella".

Lima destaca el "compromiso tan fuerte" que tienen los intérpretes involucrados en Shock 2. "Me interesaba contar con un grupo de actores que pudiesen ser un coro y de repente fueran el pueblo iraquí, o el ejército de Estados Unidos,o la opinión pública española, y que se convirtieran en otros personajes... Necesitaba al Dr. Jekyll y a Mr. Hyde, capaz de mutar muy rápido en otras personalidades", expone el director, antes de que aflore en su memoria un recuerdo de infancia. "Es gracioso. Cuando era pequeño vendían una caja que se llamaba Las mil caras del monstruo, y ese paquete debía de tener dentro un montón de caretas, no sé lo que tenía exactamente pero al niño que yo era le apasionaba. Nunca me lo regalaron, y mejor así, porque si no ahora no tendría ese empeño de sacar la bestia que todos llevan dentro. Es maravilloso el trabajo que hacen, tanto los que ya estaban en el primer Shock, como María Morales, Natalia Hernández, Juan Vinuesa y Paco Ochoa, como los nuevos, Guillermo Toledo, Alba Flores, Esteban Meloni o Antonio Durán Morris... Es increíble cómo se han apoyado en Beatriz San Juan y Cécile Kretschmar, encargadas del vestuario y la caracterización, porque con dos toques a veces, en otros momentos es una transformación más complicada, dan con el dato perfecto para que el espectador diga: Ah, es Juan Pablo II, o Ah, es Ana Botella. Puedo presumir: dispongo de un equipo prodigioso".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios