El temperamento de Jairo Barrull llega hoy a los 'Jueves flamencos'

Su forma de hablar es como su baile: precisa, exacta. Su estética bailaora responde a una escuela clara, la de su padre Ramón Barrull y la de aquellos artistas puros que le sirven de inspiración, como Angelita Vargas, otra de sus maestras. El sevillano Jairo Barrull llega esta noche al ciclo Jueves flamencos de Cajasol con El llanto se mueve, un "espectáculo clásico de baile gitano", como él mismo lo define, que se verá por primera vez en España y en el que estará acompañado de la bailaora Irene la Sentío, el guitarrista Eugenio Iglesias y los cantaores David El Galli, Juan José Amador y Antonio Villar.

Una muestra del baile primitivo y temperamental que lleva practicando desde que se subiera por primera vez con 7 años en un fin de fiesta del Gazpacho de Morón, municipio donde, por cierto, estará el próximo 11 de marzo estrenando Gitano y al que está "absolutamente ligado", como destacó el coordinador del ciclo, Manuel Herrera, en alusión a su vínculo como sobrino tataranieto con Diego del Gastor.

El llanto se mueve es, por tanto, una reivindicación de la faceta más emocional del baile que sigue defendiendo y que le ha llevado a ser uno de los artistas más aclamados en Reino Unido y a realizar giras por todo el mundo. El llanto, que aquí es "el eco de un cantaor" que actúa como motor "que me transmite y me lleva a bailar", contó. "Lo que queremos destacar es la importancia del cante como origen de todo, su capacidad para hacernos sentir y bailar", explicó en la misma línea La Sentío.

Así, aunque sus formas se sitúen en un baile de fuerza, varonil y racial, Jairo Barrull defendió que lo que debe primar son "los sentimientos y la autenticidad". Motivos por los que, a pesar de mostrarse más cercano a bailaores como Farruquito, manifestó su admiración hacia Israel Galván, una de las Medallas de Andalucía de este año, "porque lo que hace nace de la pureza y además es un bicho de la escena, te vuelve loco rítmicamente".

El artista quiso también poner en relieve que ser puro no está reñido con la creatividad. "Mi padre era un bailaor creativo que lo mismo bebía de Fred Astaire que metía por bulerías pasos de jota. Cosas que hoy en día se hacen y que en esos tiempos no se veía en nadie", apuntó Barrull, que se mostró muy ilusionado con este regreso a su tierra, "donde los oles te llenan más", confesó. Por eso prometió darlo todo hoy con un repertorio que incluye martinete, bulería al golpe, alegría, soleá por bulerías, seguiriya, taranto, soleá y el fin de fiesta.