Un viaje hacia el mundo interior
Summa | Crítica de danza
La ficha
**** ‘Summa’. Cía Manuela Nogales Danza. Proyecto y dirección: Manuela Nogales. Coreografía: Fernando Romero, Lucía Vázquez y Manuela Nogales. Intérpretes: Fernando Romero (artista invitado), Lucía Vázquez, Carlos López, Deivid Barrera, Ana Jiménez y Paola Domínguez. Música: Arvo Pärt. Iluminación: Guillermo Suero. Vestuario: SÁ Moda autor Eco / La Compañía. Lugar: Teatro Maestranza. Fecha: Jueves, 11 de julio. Aforo: Media entrada.
Noche especial la que se vivió anoche en el Teatro de la Maestranza, que ponía fin a su temporada con el estreno del último trabajo de la compañía de Manuela Nogales.
Un espectáculo que, en realidad, tendríamos que haber visto en el Lope de Vega y que, debido al cierre de este, ha sido acogido por el coliseo del Paseo Colón.
No es muy habitual ver en este gran escenario a una compañía local de danza contemporánea, pero Summa, creado para conmemorar los 30 años de la compañía, lució en él no solo con dignidad sino con una enorme brillantez.
Creada para seis bailarines y constituida por seis coreografías breves, obra de tres coreógrafos diferentes (Nogales, Fernando Romero y Lucía Vázquez) la pieza presenta en su conjunto una rara homogeneidad formal y un deseo de trascender el puro movimiento para llegar a tejer una red de líneas y de relaciones que nos transporta, poco a poco, a un universo de calma y de belleza, muy diferente al del mundo exterior.
Las hermosas proyecciones del fondo y el cuidado vestuario contribuyen a esa Summa, pero el verdadero hilo conductor no es otro que la música y contemporánea y casi mística de Arvo Pärt, un compositor al que Nogales ha acudido en otras ocasiones y con el que, sin duda, comparte ese sentido de la espiritualidad que se desprende de muchos de los trabajos realizados por ella a lo largo de estos 30 años y, cómo no, de su faceta de pedagoga.
El verdadero hilo conductor de la pieza es la música contemporánea y casi mística del compositor Arvo Pärt"
Así, tras una Apertura en silencio para ayudarnos a dejar fuera el ruido cotidiano, se van sucediendo las piezas de Pärt y, con cada una de ellas, un juego de movimientos abstractos y continuos de los tres bailarines y tres bailarinas.
Hay mucha danza siempre en los espectáculos de Nogales. Una danza que parte del clasicismo para lanzar los brazos en distintas direcciones, para jugar con la inercia que conduce a la fluidez más que a la velocidad y con el suelo que los recibe, los anima y los despide en numerosas ocasiones.
Al igual que las notas, los dúos y los tríos acaban por disolverse en un diálogo coral en el que todos son compañeros de viaje en camino hacia un mundo interior, un mundo sin duda más sereno, pero no exento de energía.
Tal vez sea Trisagion la pieza más poderosa y contradictoria del conjunto. Una coreografía llena de giros y muy exigente desde el punto de vista técnico, que fue magníficamente interpretada por un veterano Fernando Romero, más conocido por su faceta de bailaor de flamenco.
En realidad, los seis intérpretes realizan una fantástica labor desde el Ludus del comienzo hasta ese Mein Weg del final, una pieza llena de color, que nos deja una estupenda carga que positividad para encarar el verano.
El público, entre el que se encontraban numerosos profesionales de la danza, premió el trabajo de todos con un larguísimo y fervoroso aplauso.
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