Una zarzuela con gracejo andaluz
El Teatro de la Maestranza acoge desde el próximo miércoles 'Entre Sevilla y Triana', un sainete lírico de Pablo Sorozábal recuperado recientemente tras más de medio siglo perdido y olvidado
Era una de las obras favoritas de Pablo Sorozábal, hasta el punto de que siguió trabajando en ella, anotando pequeñas correcciones, puliendo relajadamente la música aquí y allí, hasta el final de su vida hace ahora 25 años. Era, también, no hay más que recordar el título, Entre Sevilla y Triana, un sainete en dos actos, su zarzuela desaforadamente sureña -de un "andalucismo convencional", la calificó el compositor donostiarra- y además una partitura "sorprendente, muy bien orquestada, con combinaciones instrumentales muy interesantes, un partitura un poco diferente, con mucha calidad y con un regusto andaluz o aflamencado introducido de manera muy fina y que va a sorprender al público", como apuntó ayer Juan García Rodríguez, director de la Orquesta Sinfónica Conjunta de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Superior Manuel Castillo, que llevará la batuta de esta formación -a la que acompañará el Coro del Maestranza- en las tres funciones, del miércoles al viernes, en el Teatro de la Maestranza.
Esta reposición debe su razón de ser especialmente al director de escena Curro Carreres, que, investigando en los fondos de la SGAE se topó con estos materiales de Sorozábal, perdidos durante décadas, y tras consultar al director de orquesta Manuel Coves para evaluar el interés y la calidad de la música, y en este sentido, recordó junto a otros de los otros artífices de esta recuperación, "cumplió todas las expectativas", de modo que movió el proyecto hasta que consiguió el apoyo del Teatro Arriaga de Bilbao, que produce el montaje, así como de los Teatros del Canal de Madrid y el Maestranza, productores también, y más tarde del Campoamor de Oviedo, también implicado en esta obra que en el caso de Sevilla fue estrenada en 1952 en el Teatro Álvarez Quintero con buena acogida crítica, aunque también con algunos peros relacionados con el libreto.
Al margen de algunos aspectos meramente narrativos o que tenían que ver con la fluidez de la acción, que han sido retocados por Carreres pensando en la sensibilidad del "espectador de hoy", el director de escena cree que algunas de esas críticas fueron motivadas también por la historia en sí, protagonizada por una mujer "muy moderna para aquella época, que trabaja y que define su identidad al margen del hombre". El libreto de la obra, de Luis Fernández y Luis Tejedor, narra las peripecias de Reyes, que ha tenido un hijo de un marino del que se enamoró un año atrás y cuyo regreso espera, mientras dos vecinos crían al bebé como si fuera propio, para proteger la reputación de su amiga. "En aquella época", es decir, años 50 en España, dijo el responsable de la puesta en escena, lo que contaba Entre Sevilla y Triana era "incómodo para la estrecha visión de la sociedad".
"Es una mujer que no necesita un padre para su hijo", abundó la soprano Carmen Solís, que da vida a la protagonista del espectáculo. "Y a veces se nos olvida", añadió después de que Carreres aludiese a la celebración del Día de la Mujer trabajadora en la jornada de ayer, "que hace poquísimo tiempo las mujeres estábamos muy presionadas por la sociedad... y bueno, aún lo estamos". Junto a ella, y a otros intérpretes -María José Suárez, José Julián Frontal, que encarna al "frívolo" Don Juan que seduce a Reyes, y el antiguo humorista de televisión Ángel Garó, ahora probando suerte en la zarzuela-, el tenor Alejandro Roy expresó su "sorpresa" ante la calidad de esta obra durante tanto tiempo "escondida". "La mayoría del elenco somos cantantes más de ópera que de zarzuela, pero somos apasionados de ésta, y hay que defenderla, hay que darle su valor al género, que es muchísimo", afirmó.
También estarán sobre las tablas del Maestranza un guitarrista flamenco, Manuel Valencia, y el cantaor Jesús Flamenco, aparte de un cuerpo de baile que la actriz Gurutze Beitia -"que no es de Bormujos", bromeó el director artístico del teatro y de la ROSS, Pedro Halffter, aunque sí que se ha familiarizado con el acento local más orientado al gracejo de rigor- alabó por las sevillanas que se marcan, claro, "con todo el arte del mundo".
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