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El gran reto musical no es un gran programa. Al menos de momento. Aunque no sea la pretensión, el formato recuerda al mítico Furor y le queda un largo camino por recorrer para que la sombra del programa que presentó Alonso Caparrós se aleje. Tiene varios aspectos que mejorar como que las pruebas sean un poco más variadas y no siempre haya que adivinar quién canta la canción. Esto lo convierte en un concurso monótono. Al mismo tiempo su desarrollo es demasiado rápido, no da tiempo a enterarse de lo que va sucediendo. Algo que lo convierte en un concurso caótico. Pese a estos fallos es una buena apuesta para TVE porque da protagonismo a la música, cuenta con rostros conocidos entre sus concursantes (algunos de ellos no se prodigan mucho por televisión) y porque cuenta con Eva González como presentadora. Da igual que todavía no se haya hecho del todo con el programa o que resulte algo gritona. Y es que todo lo que hace la andaluza lo convierte en oro. Siempre con una sonrisa, mostrando su lado más divertido. Canta, baila, se ríe, si hace falta se disfraza y sabe transformarse en una mujer seria cuando el momento lo requiere. Y siempre con una elegancia envidiable.

Normal que la pública no quiera deshacerse de ella. Se ha convertido en el rostro de Masterchef, Masterchef Junior, Masterchef Celebrity, de galas navideñas y ahora de El gran reto musical. En alguna ocasión al ver el talent de cocina viene a la mente la pregunta de por qué Eva está en el programa si al final el que comunica las decisiones importantes y da muchas de las explicaciones de las pruebas es el chef Pepe Rodríguez. Por ejemplo Sara Carbonero se fue de Quiero ser y no ocurrió nada. Dulceida, Cristo Báñez y Madame de Rosa continuaron con el programa sin necesidad de que hubiera una presentadora. Pero lo cierto es que en el caso de Eva es diferente. Su presencia es un plus. Se le echaría de menos si se fuera. Lo da todo en cada programa y eso se transmite. Así lo ha hecho siempre. También en Canal Sur durante las nueve temporadas que ha estado al frente de Se llama copla, cuando fue copresentadora de Supervivientes desde la isla, o durante sus intervenciones en programas de humor como La tira o El club de Flo. En los anuncios de televisión, en los desfiles y en cada portada que protagoniza (uno de los mejores ejemplos es la que protagonizó para la revista Elle con cristales de Swarovski por su cuerpo) da muestra de su profesionalidad, de la fuerza y de la raza que le caracteriza. También es admirable cómo sabe separar su vida personal de la profesional, y casi siempre contesta con una sonrisa y elegancia a las preguntas sobre su intimidad y con generosidad comparte momentos especiales. Sin duda ha sabido aprovechar el título de Miss España que consiguió en el año 2003. Esperemos que Eva siga como presentadora durante muchos años y que no tenga que llegar a concursar en la casa de Guadalix (que por cierto, muy lícito y admirable quien lo hace), porque eso significará que ha caído en el olvido.

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