SORPRENDE que el asturiano Don Pedro Braña acertara a componer su luminosa marcha Coronación de la Macarena cuando estaba destinado a dibujar el color de la Virgen de las Tristezas, título de otra de sus composiciones. 43 años tenía Braña cuando se presentó en Sevilla como director de la Banda Sinfónica Municipal. Antes había vencido al destino en cantidad de ocasiones.

Huérfano de padre desde muy joven, para poder ampliar sus estudios, con 19 años emigra a Madrid, y de allí al Conservatorio de Turín. En 1930 vuelve a Madrid donde se convierte en uno de los primeros compositores españoles para el cine sonoro. En el Teatro Real conoce a una gran violinista que acaba siendo su esposa, Doña Petra. Cuando todo parece ser de color de rosas estalla la Guerra Civil y con ella llegan las penurias.

Pasada la Guerra, Braña vuelve a flote y su música triunfa de nuevo siendo estrenada por la Orquesta Sinfónica de Madrid. Y gana plaza en el Cuerpo de Directores Civiles, y es destinado a Sevilla… Pero de nuevo otro acontecimiento le arremete. Su primera hija, María de la Luz, debido a un fallo médico queda paralítica en una cama para toda su vida. Doña Petra abandona su carrera violinística.

Braña lucha y crea la Asociación Coral de Sevilla, rescata el Miserere de Eslava, compone marchas, recibe la Encomienda de Alfonso X el Sabio y es nombrado Hijo Adoptivo de Sevilla. Braña se jubila y marcha a Asturias donde vive toda su familia. Con su ida llega el olvido.

Sin embargo, en 1992, el programa El Llamador de Canal Sur lo rescata otorgándole su galardón. Y el Centro Asturiano de Sevilla comienza a editar las partituras de las marchas del maestro. Y en 2023, el mismo Centro Asturiano junto al Ayuntamiento de Sevilla publican el disco Braña interpretado por la Municipal.

Braña compuso Coronación de la Macarena porque sabía como nadie lo que es la Esperanza. Ella hace posible lo imposible. Ella lo ha traído de nuevo desde la Gloria a Sevilla.