Visto y Oído

Francisco Andrés Gallardo

Odio en TV3

26 de octubre 2017 - 20:44

Si la tríada sentimental sobre la que se ha ido elevando el castillo de farsas de TV3 ha sido el idioma por exclusión, el supremacismo por segregación y la historia (el bucle de unas fechas) como victimismo; la némesis del independentismo tóxico y 'pacifista' transmitido durante años han sido otras tres obsesiones, tres emblemas por donde talar: la Corona, la Constitución y Andalucía (origen de tantas familias), como tierra de maleantes. Esencia de ese odio y repudio infinito hacia España.

Hay tipos como Andreu Buenafuente, descendiente de charnegos, que en su refugio de #0 va de equidistante pero sigue pronunciando las misas por el alma de esa Generalitat ingrata para la que tanto facturó. Quiere que sigamos dando por verdad la demagoga impostura. De El Terrat, de la productora de Buenafuente, era el vespertino viperino de TV3 Divendres, el programa en que apareció un día de tantos el lituano Daniel Estulin, estupidín, cuya tesis racista, tan complaciente con el catalanismo, se resumía con que los catalanes, lastrados por los españoles, eran muy europeos mientras que los andaluces eran unos vagos, unos subsidiados y tal. Lo decía un paracaidista lituano, una de esas nacionalidades que vuelven locos a los separatistas. Y no, la presentadora, la trabajadora de Buenafuente, no se le aprecia ni un rictus de desaprobación contra el provocador nazi. Se la ve encantada con el piropeo al catalanismo. Al jefe Buenafuente no nos consta ni una ligera incomodidad al respecto. Aquello se dijo en 2015, pero ahora se ha viralizado el vídeo como muestra de lo que se cuece a diario en TV3. Andreu ahora no quiere afeitarse el bigote hasta que "haya diálogo". Su amigo Puigdemont le ha secuestrado la gillette.

Ahora entendemos mejor el cinismo de guardar la ropa de un tipo forjado en esa casa como Jordi Evole. Pide que si se interviene TV3 también se haga con TVE. Es injusto compararlas. Les mueve la confusión. Ya habrá tiempo y momento de ordenar RTVE. Ahora urgiría sanear la fosa séptica de TV3.

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