Gran canto a la zafiedad

Escalada aparentemente imparable la de la mala educación imperante en nuestras calles. Malos modos y hasta una vandalización que nos tememos en progresión geométrica y a la que no se le ve el techo, sobre todo porque los que debieran dar ejemplo son los peores. Hay que ver los modos de esos padrecitos de la patria que en lo que menos piensan es en la propia patria y léase por patria la normal convivencia. Y el problema es que los polvos que enlodan el Congreso han hecho metástasis para enfangar el Parlamento que nos coge más a mano. Ese tú más de Madrid se ha instalado en las Cinco Llagas, lo que provocará que el actual mal ambiente de nuestras calles, de nuestras vidas, vaya subiendo decibelios hasta no saberse cuál es su cima. Sainete gordo en la Carrera de San Jerónimo a cuenta de quién lanzó la primera piedra de los insultos y apoteosis gamberra en el antiguo hospital macareno bajo la vieja consigna de gritar más que el rival, el enemigo en este desafortunado, zafio y maleducado lance.