La ventana
Luis Carlos Peris
La Ruta de los Belenes
Redundando que es gerundio, a ver quién pone en cuarentena que la revitalización del toreo es un hecho. Es más, el impulso viene dado por la rivalidad recién nacida entre el toreo que posiblemente pase a la historia como el rey y un peruano con carácter de bizarro inca. Era una rivalidad larvada que quizá comenzase aquel viernes de Feria de 2019 con la eclosión de Pablo Aguado que tan bien aguantó Morante y que tanto le pesó a Roca. Ahí pudo nacer una rivalidad que en este 2025 ha explotado. La negativa del peruano a que el cigarrero entrase en Santander por la baja de Cayetano fue germinando para que antier luciese rotunda en El Puerto y con matices nada versallescos. Un quite y unas palabras en el callejón para alimentar una rivalidad que al toreo le viene como le viene el agua a los garbanzos. Pero, a voltereta por corrida, ayer le metió el toro un pitón que detiene una temporada que venía siendo inigualable, con lo que esa rivalidad, puro maná para el toreo, queda varada hasta nuevo aviso.
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