La ventana
Luis Carlos Peris
La añoranza ha sustituido a la alegría
Mascarillas sí, mascarillas no, por supuesto que no ha sido el único vaivén de la pandemia. Llevamos dos años de dimes y diretes, de cambios de tercio y de rectificaciones. Y vale que, como dijo Carl Sagan, “en la Ciencia la única verdad sagrada, es que no hay verdades sagradas”, pero no tenía más razón que Hipócrates cuando afirmó que “la ciencia es el padre del conocimiento, pero las opiniones son las que engendran la ignorancia”.
Bandazo viene. Ya se ha aprobado en el Consejo de Ministros eliminar desde el jueves 10 de febrero el uso de las mascarillas en exteriores y pone fin a su uso en recreos y patios de colegios, siempre que se pueda respetar la distancia de seguridad y no haya aglomeraciones. Parece que sus señorías no tienen hijos en edad escolar (y no tan escolar), porque lo de mantener la distancia en un patio de colegio ya si eso…
Otro bandazo. Los titulares de los datos de la pandemia. Valga como autocrítica a la profesión. Los lunes titulamos por 'bajada en los casos de covid' o 'caen las hospitalizaciones'. Martes: 'suben estrepitosamente…'. Miércoles, vuelve a bajar un poco. Jueves y viernes: se estabilizan… y así, semana a semana.
La realidad es que en Andalucía hemos notificado hoy el triste récord de muertes de la sexta ola. 68 personas. Asumimos algo difícilmente asumible, pero parece que hay que seguir avanzando.
Y bandazo va. Para terminar de rizar el rizo tenemos la nueva medición propuesta para los contagios de esta dichosa pandemia del SARS-CoV-2: hospitalizados 'con covid' versus 'por covid'.
Algo que parece obvio pero que no se había contabilizado hasta ahora en las cinco olas previas. No es lo mismo estar hospitalizado por cualquier dolencia y tener covid (con covid), que estar hospitalizado a causa de los daños provocados por el virus (por covid).
Que sí, que suena muy obvio, pero también era obvio al principio y parece que a nadie se le ocurrió contar los casos en los hospitales de esa forma. Y es que tanto bandazo a la hora de contar casos, sumar de lunes a domingo o solo hasta el viernes y retomar la semana siguiente, genera series de datos incomprensibles, no solo para el común de los mortales, sino imagino también que para los propios profesionales, epidemiólogos, investigadores y sanitarios en general.
A uno le queda la sensación de que intentar hacer una foto fija de la pandemia o ver su evolución día a día es una quimera.
Vamos que hazle tú caso a una de esas gráficas que hemos realizado en los medios con los datos que nos proporcionaban los servicios sanitarios de cada comunidad autónoma o del Ministerio de Sanidad. A la basura.
Al final, la única estadística que parece fiable, y tampoco porque al principio de la pandemia, e incluso hoy, se cuenta como se cuenta, son los muertos. No por el número total que muestran, sino porque si algo nos ha dejado claro las cinco olas precedentes es que cuando las cifras de fallecidos se elevan mucho es que la ola está remitiendo. Vaya manera de consolarnos.
También te puede interesar
Lo último