Procede que se dinamice la corrida

Tras el retraso en media hora el comienzo del festejo y su lentitud ya crónica, resulta que salimos de la plaza a las diez de la noche. Hora asaz intempestiva después de casi tres horas con las rodillas del vecino de atrás instaladas en tus riñones hacen del espectáculo una especie de gota malaya que lo hacen interminable. Y aquí lanzamos un grito desesperado a los cuatro ciudadanos/as que dirigen el espectáculo, los distintos presidentes. La corrida debe ser dinamizada mediante el alivio de tanto tiempo muerto como actualmente tiene. Empieza por la demora del inicio, continúa por lo que tarda el picador en llegar a la contraquerencia y si todo fuera poco, la longitud de la actual faena de muleta, que se alarga de forma antinatural para que los avisos proliferen. Procede aligerar la corrida por el bien de todos.