EL alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, apura la legislatura sacándose un as cultural de la manga: la presentación hoy en los Reales Alcázares del Año Murillo, es decir, del proyecto para la conmemoración del IV centenario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo (en 2017) a imagen y semejanza de la operación articulada en Toledo para celebrar el Año Greco. Como en el caso del artista cretense, para rendir tributo a Murillo Sevilla aspira a obtener los máximos beneficios fiscales, dado que no existe una ley de mecenazgo estatal ni tampoco (a estas alturas y pese a lo prometido al inicio de la legislatura) autonómica. Es probable que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se haya comprometido con el Ayuntamiento sevillano a apoyar el proyecto y darle al mismo la consideración de acontecimiento de excepcional interés público a los efectos de lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo.

La idea es que todas las instituciones de la ciudad se sumen, como en el caso de Toledo, a la efeméride: los museos, la Catedral, la Universidad, las iglesias y conventos, la Fundación Focus, el ICAS… y que el Museo del Prado, la principal pinacoteca nacional, apoye el proyecto con generosos préstamos. Además de los patrocinadores privados que quieran vincularse a una propuesta que contará con las máximas ventajas fiscales que permite a día de hoy la legislación española para actividades de mecenazgo cultural.

Todo ello parece posible a dos años vista tras los excelentes resultados obtenidos en Toledo con el Año Greco, que han evidenciado la importancia de unir patrimonio, cultura y turismo en una operación de alcance nacional. Pero el primer pero tiene que ver con la convocatoria de presentación del acto que acogen hoy los Alcázares. Es una invitación del alcalde de Sevilla que no incluye como socio ni coorganizador a la Junta de Andalucía, que gestiona la mayor colección de obras de Murillo en Sevilla, que son las que atesora el Museo de Bellas Artes, sin cuya participación el Año Murillo literalmente no puede celebrarse ni tiene sentido. Sin duda esta celebración puede ser un revulsivo importantísimo para la ciudad y culturalmente un acontecimiento de dimensiones muy importantes. Pero, ¿por qué lo presenta en solitario el Consistorio, que depende de otras instituciones como el Bellas Artes para su celebración? La respuesta, a partir de hoy a las 11:30 en los Alcázares.