¿Hasta cuándo?

La política andaluza vive ya en un clima preelectoral: todo depende del PP, que debe medir que no se le pase el arroz

La política andaluza anda más que revuelta. Vive un clima preelectoral propio de la vísperas de una convocatoria de comicios autonómicos, aunque no se sepa cuándo serán llamados a las urnas los andaluces que pueden votar (otra cosa son los que efectivamente ejercen el derecho al sufragio). Distintos hechos hacen plantearse hasta cuándo durará esta incertidumbre y cuánto tiempo le resta al Gobierno del cambio en la Junta de Andalucía.

Vox sigue jugando la carta de generar el contexto de inestabilidad que fuerce el adelanto electoral. Cimenta esa actuación en el cambio de rol que, de ser ciertas las encuestas, tendría si votan pronto los electores andaluces.

Que haya tumbado las comisiones de estudio sobre las auditorías del sector público andaluz es la última entrega de un serial al que parecen quedarles muchos capítulos. Que también haya dicho una vez más que no habrá Presupuesto si no se cumple lo pactado con ellos, ahonda en ello (teniendo en cuenta que aunque se cumpliese cada punto y coma del acuerdo tampoco le valdría).

Vox quiere convertirse cuanto antes en socio principal de una nueva mayoría de Gobierno que encabezase el PP. Y para eso sólo hay un camino: renovar los 109 escaños del Parlamento de Andalucía.

El proceso de descomposición interna de Ciudadanos, sus luchas por liderar los restos del naufragio, es un segundo hecho que denota el clima predominante. Cs es el partido al que menos le interesa adelantar elecciones -el otro es el PSOE-, porque ni siquiera tiene asegurado tener representación en el antiguo hospital de las Cinco Llagas. Los nervios y la tensión incluso les llevan a empezar a quejarse de la lealtad de su socio, el PP, que tiene abierta una opa hostil por la base al partido naranja. Y, a qué negarlo, también hay mucho militante de Cs que está en pleno rito de apareamiento para lograr seguir en política, aunque sea con capa azul claro y bajo las alas de la gaviota.

El PSOE necesita tiempo para consolidar el liderazgo de Juan Espadas, todavía empecinado en seguir como alcalde de Sevilla, aunque eso le lastre en esta carrera electoral. Pero dudo mucho de que su necesidad de demorar los comicios llegue a plasmarse en un apoyo, explícito o no, al Presupuesto.

El único que puede responder hasta cuándo, el presidente Juanma Moreno, sigue en el discurso oficial de agotar el mandato, pero cada vez matiza más que si lo obligan tendrá que convocar. Es la clave del asunto: el PP tiene que medir los tiempos y evitar que se le pudiese pasar el arroz electoral.

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