Hojas de acanto

Milagros / Ciudad / Suárez

Clave de sol

LA labor social que hacen las bandas y agrupaciones musicales con los niños y jóvenes en nuestra sociedad hispalense va más allá de desarrollar en ellos el gusto por la música, el saber tocar un instrumento musical, que con esta ardua tarea ya sería más que suficiente. Y digo que va más allá porque en numerosas ocasiones estas bandas infantiles y juveniles están potenciando entre nuestros jóvenes y niños unas habilidades sociales, afectivas y unos valores positivos tales como hábito de trabajo, el esfuerzo, la superación y la autoestima, que son transcendentales para el desarrollo integral de la persona. Igualmente, fortalece la pertenencia a un colectivo, frente al individualismo, el pertenecer a la banda es una vuelta teórica y práctica hacia lo comunitario, hacia el fortalecimiento de los vínculos con los demás.

La actual situación de crisis ha llevado a una sociedad con sólidos procesos de exclusión social, y con un grave problema estructural que afecta a los jóvenes principalmente, agravada con el alejamiento de la población joven de los servicios sociales y a la ausencia de políticas adecuadas para ellos.

Mediante la excelencia de la música se cultivan las capacidades de los niños y jóvenes, ofreciéndoles con ello un nuevo espacio vital, nuevas oportunidades que dependen de su propio esfuerzo, más allá de su situación personal y familiar.

Por eso, quisiera resaltar la labor callada de las escuelas infantiles y juveniles de nuestras bandas que durante años trabajan día a día, muchas veces sin subvención ni ninguna ayuda económica teniendo incluso que ensayar en la calle y sin los medios necesarios debido a una falta de preocupación de las instituciones públicas e incluso en algunas ocasiones de sus propias corporaciones.

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