Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Cohabitación y deslealtad (Federal)
PASA LA VIDA
EL despegue del grupo aeronáutico Alestis es una buena noticia económica y laboral para Andalucía y Sevilla. Pero, a la vez, ese éxito es un mal menor que constata un fracaso: por falta de empresarios andaluces que den el paso adelante, el Gobierno autonómico hace de patrón e inversor para salvar un proyecto industrial que parte con la enorme ventaja de tener asignado de antemano el contrato de fabricación de la panza del avión A350 (hasta 1.000 millones de facturación en diez años).
Alestis despega con un capital de 120 millones de euros, de los que la Junta pone 25 millones y ha presionado para que Unicaja aporte 20, Cajasol otros 20 y el banco que agrupa a las cajas andaluzas 10 millones. Además, hay que contabilizar los activos de Sacesa, la empresa absorbida para crear un consorcio industrial más potente. Los otros socios son el grupo vasco Alcor (que aporta sus factorías en Andalucía y País Vasco) y el catalán Ficosa. Comparen esas cifras con las magnitudes y los beneficios que se han manejado en la compraventa de suelos y la construcción de urbanizaciones, los grandes negocios de la Andalucía anterior a la crisis, en los que se ha centrado la actividad del capital privado. Desde hace cinco años se sabía que a la vaca inmobiliaria cada vez le quedaba menos leche que ordeñar, y al tiempo se conocía la oportunidad de oro de pasarse al sector aeronáutico para salvarse de la quema, gracias a los compromisos entre las multinacionales EADS y Airbus con los gobiernos español y andaluz. Ni por esas. Mucho bla, bla, bla con la innovación pero la clase empresarial ha hecho mutis por los hangares por miedo a volar.
Al consejero Vallejo le toca hacer de Quijote para construir la panza del A350. Fía a un futuro indeterminado que haya empresas andaluzas en el accionariado e implicadas en la competencia mundial de los grandes contratos aeronáuticos. Lo lleva claro. Quieren que les pongan las carambolas como a Fernando VII y no complicarse la vida.
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