Dice el amigo Fernando Iwasaki, bético confeso, que quien no tiene sentido del humor tiene sentido del tumor. Piensa uno en Joaquín Sánchez, excelso futbolista a la par que trabajador chistoso dado de alta en el régimen de autónomos. Su humor nos parece ya una suerte de tumor viral. Como preaviso al linchamiento en la pocilga de las redes, quien esto escribe es sevillista desde los tiempos setenteros del barbado Sánchez Barrios, cuando ver a un futbolista con barba era casi como ver a un torero con bigote. Dirá el verde pueblo que la presente no es más que un mal efluvio palangana. Libertad de expresión, pues, que para eso mañana es el Día Internacional de la Democracia.

Hay dos edades que marcan un antes y un después para la humanidad. Una es la edad de Cristo, 33 años. La otra son los 40, que es la de los futbolistas que, en lugar del geriátrico, acabaron entrando en el Olimpo del dios redondo (Dino Zoff, Buffón, Ibrahimovic, el japo Miura, Maldini, Romário, el bombardero de los Andes Claudio Pizarro o el propio Joaquín).

Cierto es que una vez nos reímos mucho cuando, siendo jugador de la Fiorentina, a Joaquín lo entrevistaron tras un partido de Europa League contra el Sevilla FC. Mientras hablaba en italiano a lo Flavio Vibratore, se dio cuenta de su acento a la boloñesa y se rió diciendo que en España iba a ser tema de choteo. Nos hizo gracia, pero hasta ahí llegó nuestra paciencia del santo Job.

Joaquín nos torra día tras día con su cólico mediático. Chistes, bailecitos, vaciladas, tele en prime time, anuncios... Los propios medios deportivos jalean sus gracias con un "Joaquín lo peta" o "Joaquín la lía de nuevo". Un día sube en TikTok su MotoBetis y su versión Despechá de Rosalía. Otro le da por hacer la conga retando a Jennifer López. Otro día aparece bailando break dance lolailo. Otro día sale en Instagram en un carrito para la ropa sucia, diciendo que está fatal físicamente y que no debió haber firmado un año más como futbolista. Todo es jijí y jojó, jejé y jujú. Por si fuera poco, acaban de darle en Antena 3 un programa de entrevistas: Joaquín, el novato. El otoño va a ser realmente crudo más allá de la inflación y de la crisis energética.

En un partido reciente contra el Olympique de Marsella, tras una gresca con el melenudo Matteo Guendouzi, Joaquín, tocado con una peluca, subió después una foto en Instagram con un "¿Me vas a vacilar de pelo, melena?", en alusión a la pelambrera de Guendouzi. La prensa francesa puso un tuit: "Joaquín tiene 41 años. Quizá menos de edad mental". Tiene su gracia, ¿no? Es para pensarlo en serio.

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