¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Mírala cara a cara: Olona contra Juanma

Olona dice que ella es el pueblo y no le faltan razones. También lo fue la Pasionaria y ya ven

El crepúsculo de esta Feria nos deja la imagen de Juanma Moreno y Olona juntos en el real, ella disfrazada de faralaes, él con el uniforme de presidente de la Junta. Las dos derechas (la cobarde y la extrema) mirándose cara a cara poco antes del duelo electoral. Mucho se va a escribir sobre la relación entre estos dos próceres. La primera metáfora, la más evidente, es la de la noche nupcial de la mantis religiosa. El 19 de junio puede ser la jornada más dulce y amarga de Moreno Bonilla, la miel de la victoria electoral mezclada con la hiel de la necesidad de pactar con Olona para seguir en la poltrona de San Telmo. Los del PP y los de progreso le tienen un miedo reverencial a la líder derechista, el que le suelen tener los hombres a las mujeres demasiado fuertes y empoderadas. Macarena lo es, vaya que lo es, y cultiva con regodeo su imagen de dominatrix, de madrastra sensual, de hechicera valiente. El temor de los populares, por seguir con la metáfora, es que la lideresa de Vox acabe devorando el cuerpo cartilaginoso de Juanma. Demasiada hembra para tan poco hombre, como dirían los heteropatriarcas de antaño. Pero cuidado con los blandos como Juanma, un político que supo convertir un golpe de suerte en una gran oportunidad y está a punto de inaugurar un ciclo largo de poder pepero en Andalucía. El líder popular sabe ser junco cuando toca y eso en un político (y en cualquier persona) es siempre un seguro de supervivencia.

Vox se ha tomado muy en serio Andalucía, algo que el PP tardó muchísimo tiempo en hacer, tanto que mandó a un desahuciado como candidato para las pasadas elecciones autonómicas. Luego el azar maniobró y sucedió el milagro. Pero Vox no quiere jugar a los dados y nos envía al sur un tanque, un caballo ganador, como dice el lugar común. Fue aquí donde rompió como partido de masas y aquí quiere iniciar su asalto al Gobierno de España, como subordinado o como primer espada, ya se verá. Es esa reconquista a la inversa, de sur a norte, que Abascal simbolizó con su famosa foto del caballo, entre campeadora y garrochista. Las cosas de Vox.

Olona dice que ella es el pueblo y no le faltan razones. También lo fue la Pasionaria y ya ven. Desde luego es más pueblo que Juanma y, desde luego, que Espadas. Cosa diferente es que ser pueblo, palabra sublimada por el romanticismo y la izquierda, sea algo bueno. Entre otras cosas porque, como nos enseña la historia, el pueblo es una máquina de cometer errores. La élite aún más. Para eso deberíamos tener las instituciones, para contener las equivocaciones de unos y otros. Pero España es país que desprecia academias y hemiciclos. Lo suyo son los caudillos.

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