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Desde mi córner

Luis Carlos Peris / Lcperis@grupojoly.com

La Navidad para Betis y Sevilla

El año se ha rematado según y tal como discurrió, con fiesta en Nervión y con tristeza y dolor en Heliópolis

CONCLUIDO ya el año futbolístico, este 2007 que fue el del Centenario del Betis y también el que más laureles trajo para el Sevilla. Y el año que terminará la próxima semana acabó el pasado domingo futbolísticamente hablando y terminó haciendo buena su andadura general, de forma sórdida para el del Centenario y brillantemente para el de los laureles. El Betis termina como empezó, en zona de descenso, coqueteando con esa especie de ruleta rusa que ojalá no suelte la bala que le queda en el tambor. Le pegó la firma a su año más emblemático y, a la vez, más doloroso con un empate que supo a mal menor.

En la otra orilla, la despedida estuvo acorde con lo que fue el año para el Sevilla, con esa lluvia de títulos que cayó en Nervión. Con el sabio Pepe Alfaro de cuerpo presente, el equipo de Jiménez supo sufrir y gozar, supo capear las dificultades que le ponía el bien trabajado Racing para, a favor de corriente, laminarlo. Dos retratos psicológicos que reflejan con indudable rigor la palpitante actualidad de nuestros dos representantes futboleros. Dos trayectorias que bien pueden ser una el espejo donde mirarse y donde ni siquiera asomarse la otra, dos formas de manejar un club, alfa y omega, blanco y negro, cima y sima, Sevilla y Betis para lo que guste mandar.

Es tiempo de Navidad y es mejor tener la fiesta en paz, aunque esa paz sea sólo para los hombres de voluntad y no para los que hacen y deshacen, más bien deshacen, sin pararse en el mal que hacen a personas que no ven a su club como sociedad anónima sino como un sentimiento seguramente transmitido de generaciones atrás. Sólo queda confiar en que el futuro sea como el presente por Nervión y que en Heliópolis vuelva a reinar la paz social y la concordia, que la espeluznante fractura social que padece el beticismo se vuelva unión indisoluble por mucho que para que esa paz social sea un hecho haya que cambiarlo todo, personas incluidas. Amén.

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