Ojalá fuera tan fácil reflotar la fábrica de loza Pickman

PASA LA VIDA

08 de marzo 2011 - 01:00

ME alegraría mucho de la resurrección de Pickman, la centenaria fábrica de cerámica y loza fundada en 1841. En Sevilla y provincia hay una lamentable falta de interés por mantener vivo el patrimonio industrial. Y la Cartuja de Sevilla lo es como marca, como actividad económica y como colección artística. Desde la asepsia mercantil, lo que más vale hoy es su marca, tristemente desaprovechada pese a lo bien que fue conocida internacionalmente. Como lo siguen siendo, desde la rentabilidad, la porcelana alemana de Meissen, cuya producción industrial comenzó en 1710. O Villeroy & Boch, también alemana, que cotiza en bolsa y cuyo origen se remonta a 1748. O las fábricas de cerámica holandesa en Delft, que comenzaron en 1653.

Mis mejores deseos a todos los trabajadores, que vuelven al tajo, y al inversor malagueño Antonio J. Herrezuelo, que ha sido director general de la inmobiliaria Evemarina, empresa que cayó en 2010 en concurso de acreedores y bajo administración judicial, como tantas obras sociedades que se vinieron abajo con el fin del boom de la construcción. Ha decidido reflotar una empresa que lleva dos años bajo un ERE fuera de juego del mercado, de la distribución, del marketing, de la innovación. Y algo más importante: no ha sido rentable en los últimos 30 años. Así lo dijo hace seis años Emilio Portes, el penúltimo salvador de Pickman, cuando llevaba pocos meses al frente de la empresa que también adquirió en estado igualmente agónico. Y tampoco había sido rentable con el anterior propietario, Álvaro Ruiz de Alda, que fue perseguido judicialmente. Ni con su antecesor, Ildefonso Jiménez Carmona, que la tuvo que llevar a suspensión de pagos en 1999. Ni con Rumasa fue rentable, tras convertirse en su accionista mayoritario en 1982. Ni lo era antes de comprarla Ruiz-Mateos que, como ustedes saben, se ha caracterizado por adquirir empresas en pérdidas.

Tan tozuda es la realidad, años y años fabricando deudas, que debemos darle la presunción de inocencia al señor Herrezuelo cuando dijo ayer que "la fábrica se puede hacer rentable con relativa facilidad" y que en sus cálculos entra lograr beneficios en el balance de 2012. Si así fuera, los políticos y sindicalistas que ayer se hicieron con él una foto muy preelectoral tendrían que proponerle a las medallas de Andalucía que Santiago Herrero ha echado en falta para empresarios.

Ojalá fuera cierta esa "relativa facilidad". Creo que es mucho más serio empezar prometiendo sólo sangre, sudor y lágrimas.

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