La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La alegría de Fito
EN fondo, supongo que esta molesta sensación que me invade no tiene nada de particular, que en nada se diferencia del hastío que muchos de ustedes pueden llegar a sentir ante el estado de ansiedad que se ha originado en torno al tema más recurrente de las últimas cuaresmas, la meteorología.
Es tal el grado de preocupación, el desasosiego que a algunos les causa intentar vaticinar lo imprevisible, que hoy día, a un mes vista, resulta casi una proeza estar en una cena, un encuentro o una reunión en la que no te asalten con la dichosa pregunta de si lloverá o no este año en Semana Santa. El tiempo, otrora asunto relegado a la intimidad de los ascensores vecinales, se ha extendido como una plaga de la que resulta imposible escapar.
Ante este escenario entenderán que denuncie sentirme coaccionado, seriamente amenazado, no por la pregunta, sino por los preguntones que al menor descuido te asaltan en cada esquina de nuestra ciudad.
A algunos se les ve venir desde lejos, los ves arrancarse y antes de que puedas resoplar ya te están abordando con el monotema. Y no se le ocurra a usted responder que no sabe qué pasará ni le importa, pues como penitencia a tan imperdonable desidia le cae un letanía sobre la evolución histórica de las nubes y los vientos, acompañada de una exhibición de las veinte últimas aplicaciones móviles que han salido al mercado, capaces de predecir con total inefabilidad si lloverá dentro de tres meses en el quinto adoquín de la calle Cuna. Todo un derroche de conocimientos ante el que te dan ganas de decir: "Hijo, con los bichitos que tienes, con la NASA trabajando a tu servicio y todo lo que sabes, a cuento de qué me vienes con la dichosa preguntita".
Cada vez que miramos a las nubes perdemos de vista la tierra, cada vez que nos ocupamos en predecir el futuro despreciamos el valor del tiempo presente. La cuaresma es más, mucho más, que preparar lo que llega. Si no disfrutamos de los actos y cultos que en ella se desarrollan perdemos gran parte de la esencia de los días que esperamos.
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