Juan Manuel Moreno Bonilla.

Contra lo que afirma la letra del tango, veinte años es mucho. Veinte años dan para asistir a la evolución de una ciudad y una provincia, Sevilla, que, aunque ha afrontado en este tiempo muchos de sus déficits, aún tiene por delante un enorme margen de mejora. Diario de Sevilla ha sido testigo y relator de esa transformación, y sigue siendo un legítimo y acreditado portavoz de la cotidianidad y de las reflexiones de los sevillanos, tan amantes de su tierra como exigentes hacia quienes tienen la responsabilidad de gestionar sus destinos. Vayan por delante mis sinceras felicitaciones a su dirección y a todos sus trabajadores por seguir, 20 años después, tan firmes en la defensa de los intereses de la provincia y su capital como el primer día, y mi deseo de que, al menos por otros 20 años, así siga siendo.

Ése es el horizonte temporal que plantean estas páginas, y quiero aprovechar esta oportunidad para señalar algunos de los grandes retos que desde el Gobierno de la Junta de Andalucía tenemos sobre la mesa para mejorar las condiciones de vida de los sevillanos. En el proyecto de Presupuestos para 2019 que se tramita en el Parlamento se contempla ya una partida para actualizar los proyectos de la red completa de metro, una obra que, si hubiera tenido continuidad, habría evitado muchos de los problemas de movilidad que siguen soportando los sevillanos de la capital y su entorno cercano. Acabo de llegar a la Presidencia del Gobierno de Andalucía y soy consciente de que a muchos puede parecer insuficiente, pero hay que recordar que se trata del comienzo y que los árboles de mayor porte brotaron de una semilla.

Es también un firme propósito de mi Gobierno, y así quedará reflejado en próximos ejercicios presupuestarios, afrontar la rehabilitación y puesta en funcionamiento del antiguo Hospital Militar, necesario para aliviar la enorme presión asistencial que se constata en otros centros hospitalarios. Y debo usar, tristemente, el término rehabilitar porque es el más ajustado a la situación que presenta el edificio tras el desmantelamiento de que ha sido objeto a lo largo de los últimos años.

Tenemos también por delante el desafío de modernizar y dignificar los servicios de la Justicia. Ya trabajamos en ello, con soluciones prácticas y eficaces que permiten ahorrar costes y reducen los plazos de puesta en funcionamiento, y que, estoy convencido, supondrán una mejora sustancial para el trabajo que desarrollan cada día profesionales y funcionarios de la Justicia.

"La capitalidad y su condición turística le enfrentan a retos de los que saldrá fortalecida"

La mención de estos proyectos me lleva a imaginar la Sevilla de los próximos 20 años como un horizonte abierto a la colaboración, muy especialmente entre la capital y las poblaciones (ciudades, en algunos casos) de su entorno próximo. Debemos acostumbrarnos a asumir un concepto mucho más amplio de ciudad que el que aún tenemos, un concepto en el que los límites de la gestión administrativa se ven ampliamente superados por la cooperación entre ayuntamientos en todas las materias de su competencia, en busca de una reducción de costes perfectamente compatible con la mejora de los servicios y la atención al ciudadano. Hablo, ni más ni menos, de llevar a la práctica administrativa lo que ya es cotidiano en la vida real. Hablo de una Sevilla más allá de Sevilla.

Sevilla tiene ante sí un futuro ilusionante. La capitalidad administrativa de Andalucía y su condición de potencia turística la enfrenta a retos de los que, sin duda, saldrá fortalecida siempre que se apliquen las necesarias políticas de sostenibilidad que deben garantizar la progresiva mejora de la calidad de vida de sus habitantes. El objetivo es hacer una mejor Sevilla para quien la visita, pero, sobre todo, una mejor Sevilla para los sevillanos, con más empleo y más bienestar. En ese empeño, el Ayuntamiento encontrará siempre la colaboración del Gobierno de Andalucía.