Yolanda Díaz

EL objeto de las izquierdas son los trabajadores y su razón de ser, la igualdad. Todo lo demás o son compañeros de viaje o banderas que ni le son exclusivas ni siempre ha respetado, tales como la libertad de ideas, la de prensa, la democracia representativa o el ecologismo. Sí el feminismo y cualquier otra reivindicación de derechos de grupos desposeídos, porque el origen de su injusticia era la desigualdad. Es por eso por lo que en los gobiernos de izquierdas el Ministerio de Trabajo es uno de los más importantes y por lo que no resulta azaroso que Yolanda Díaz sea la titular de este departamento que, a lo largo de la historia española, ha estado dirigido por personas que han sido o fueron secretarios generales del PSOE. Díaz, que proviene de una familia de sindicalistas gallegos, entronca con esa naturaleza radical de la izquierda que tantas veces se confunde entre el amplio espectro cromático al que aspira.

Bajo este prima, su balance como ministra de Trabajo es positivo, va a ser la primera líder de la izquierda de la izquierda del PSOE que llega con una experiencia seria de gobierno y con resultados que mostrar. Los explicó el domingo pasado en un mitin en Sevilla, y lo repitió en la primera sesión de la moción de censura de Tamames: una subida del 60% del salario mínimo interprofesional, una reforma laboral y, en consonancia con el Ministerio de Seguridad Social, un incremento notable de las pensiones y el despliegue de miles de ertes que salvaron la quiebra empresarial durante la pandemia. Muchas de estas medidas son objeto de crítica, otras van a acarrear efectos negativos, pero se puede afirmar que buena parte de la agenda social del Gobierno lleva su firma.

Hay quien sostiene que todo en Yolanda Díaz es un bluf, que se desinflará como un suflé, que ha sido demasiado cautelosa, o cobarde, a la hora de presentar Sumar, y es posible, hay mucho artificio en ella, un postureo pretencioso, pero esa izquierda ha encontrado a una candidata viable con la que, al menos, curar la desorientación que ha provocado el hundimiento del hiperliderazgo de Pablo Iglesias.

Leal a la historia del Partido Comunista, que fue legalizado un Jueves Santo, Yolanda Díaz presentará su proyecto el Domingo de Ramos. Su objetivo ya no es el sorpasso con el que insistieron Pablo Iglesias y Julio Anguita, sino reunir los suficientes diputados para mantener la actual coalición de Gobierno. Ese empeño es aun más dificultoso que el de construir un partido a la contra de Iglesias.