Escribía aquí hace poco de la Esperanza y Emilio Sáenz con motivo de la presentación de la serie de fotografías que ha creado como variaciones sobre la que hace tres décadas hizo Pepe Garduño Gard. Tres días más tarde Emilio Sáenz ha presentado el hermoso cartel cuaresmal de la Hermandad de la Macarena. Pero no son la misma persona. A los Sáenz, hasta ahora, había que ponerles nombre para distinguir al pintor, Joaquín, del fotógrafo, Emilio. Estaba también el padre de ambos, claro, don Joaquín Sáenz García, el creador de Gráficas del Sur; pero era oficialmente empresario y no artista, aunque se dedicó a lo que se llama artes gráficas y de su imprenta nacieron obras que hicieron historia, como la valiente convocatoria de cultos del Calvario, primera que prescindió de la orla, esencializó la tipografía de los caracteres, dio color -rojo sangre, rojo de los claves de las dos jarras del paso- sólo a CALVARIO y la encabezó con un hermoso dibujo de la cabeza del Cristo realizado por Manuel Flores.

Pero ya no basta distinguir a los dos hermanos anteponiendo el nombre a su apellido. Hay una tercera generación. Desde hace un tiempo hay que poner los dos apellidos para distinguir a Emilio padre y Emilio hijo. La serie de fotografías de la Esperanza presentada la semana pasada es obra de Emilio Sáenz Cembrano y el cartel macareno presentado anteayer es obra de Emilio Sáenz Suárez. Los Sáenz -todos, por cierto, del Calvario- y la Macarena, una larga historia de devoción y arte. Joaquín dejó la más delicada evocación del poderío de una cara en el cuadro de la imprenta en que se ve, bajo el reloj de pared que marca las dos y veinte, un almanaque con una fotografía de la Esperanza. Abocetada a la vez que perfecta en todos sus detalles, nunca se ha dicho de ella más con menos. Emilio Sáenz Cembrano ha desvelado en sus fotografías el rostro de la Esperanza como nadie lo ha hecho desde que Serrano la retrató aún vestida juanmanuelinamente. Y Emilio Sáenz Suárez prosigue ese desvelamiento fotográfico de la Esperanza iniciado por su padre.

Como homenaje a los sanitarios en tiempos de pandemia su cartel funde en un elegante fotomontaje toda la historia de la hermandad desde su fundación en 1595 para auxiliar a los enfermos del Hospital de las Cinco Llagas hasta la visita del Señor de la Sentencia en febrero de 2020 a su heredero, el Hospital Virgen Macarena. 425 años de Esperanza en un cartel.