EL fin de semana anterior a éste sólo setecientos mil españoles pasaron por las taquillas de los cines. Un informativo de Antena 3 es visto por cinco veces más espectadores que los que suman todas las películas que se exhiben en la cartelera en una semana. Escenas de matrimonio, por seis veces más. Aída, por diez. La situación merece una reflexión.

Que los hábitos se están modificando, es algo asumido por todos los implicados en el sector. Lo que algunos dudan es que el cambio sea tan rápido. Las salas se vacían a pasos agigantados. Y hay nombres y apellidos a los que aludir, para que todo no quede en abstracto. Tres días, la flamante ganadora del Festival de Málaga, de Javier Gutiérrez, logró reunir a 16.627 espectadores el fin de semana de su estreno.

Cinco días después, llegado el puente del primero de mayo, sus pases se vieron mermados. No siete días fueron capaces de mantenerla en cartel. Por lo que en su segunda semana caerá en picado. De Proyecto Dos, de Guillermo Groizard, nada se sabe. Ni siquiera figura entre las veinte películas más vistas de la semana. Teniendo en cuenta que la vigésima fue vista por ocho mil espectadores, eso significa que la cinta de Adriá Collado y Lucía Jiménez ni siquiera alcanzó esta cifra. Lo mismo se puede decir de 'Enloquecidas', de Juan Luis Iborra, que tampoco se aupó ni siquiera al vigésimo puesto de la clasificación el fin de semana de su arranque.

En estas circunstancias, los 46.170 espectadores que acudieron a ver Cobardes de Corbacho y Cruz se pueden valorar como exitazo. De la nueva hornada de películas españolas, la verdad sea dicha, sólo Fuera de carta, que roza el medio millón de espectadores, ha roto taquillas. Elegy, de la Coixet, ha seducido a doscientos mil, pero por desgracia a efectos de producción no figura como cine español.

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