El discurso del Rey

Nada conviene menos a Felipe VI que ser reconocido solo por la derecha

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Hemos sido engañados

El Rey se dirige a la Asamblea General de la ONU
El Rey se dirige a la Asamblea General de la ONU / Agencias

26 de septiembre 2025 - 04:00

Nada interesa menos a la Monarquía que recibir elogios exclusivamente del PP y Vox. La gran clave del ahora muy discutido Juan Carlos I fue ganarse la consideración de la izquierda. De alguna marejada inicial con el PSOE de Felipe se logró una navegación por un mal en calma. Incluso es sabido que la relación del rey campechano fue tensa precisamente con Aznar, al que de momento no se le ha ofrecido un título nobiliario como ha sido la costumbre hacer con los ex presidentes del Gobierno. Felipe rechazó la distinción. A Zapatero mejor no hacerle ofrenda alguna, primero porque sigue en la (baja) política y, segundo, porque su comportamiento no encaja con la nobleza, tal como está definida en el diccionario. El discurso de Felipe VI en la asamblea general de la ONU ha sido bien recibido por la izquierda, que incluso hubiera preferido que el monarca empleara el término "genocidio", que tendrán que usar o no los tribunales de justicia cuando corresponda. Pero en general han gustado las palabras del Rey porque denuncia la barbarie que ocurre en Gaza. No podía ser de otra forma. Todos debemos exigir la paralización de la masacre. De todas. Todos debemos presionar para que Israel se comporte en su reacción de acuerdo con lo que se exige en un Estado democrático, todos debemos exigir que la población gazatí deje de estar lastrada por los terroristas de Hamás, nunca se olvide. Todos debemos abogar por la fórmula de la convivencia entre los dos estados, pero sin terroristas de Hamás en un lado, ni mandatarios sanguinarios en el otro.

Todos debemos recordar el atentado terrorista del 7 de octubre de 2023 que sufrió la población inocente de Israel y, cómo no, clamar para que Netanyahu cese en su crueldad y permita la atención humanitaria a tantas víctimas exentas de culpa. Ningún marco mental puede obligarnos a ver las cosas desde un único e interesado prisma. El primero que tiene previsto aflojar la presión es el Gobierno de España, que se reserva el derecho a recibir armamento de Israel si concurren motivos de interés nacional. Este país sabe las consecuencias de quedarse sentados al paso de la bandera de los Estados Unidos, conoce los efectos del engreimiento de poner los pies encima de una mesa y están por ver las consecuencias de abanderar un enfrentamiento directo con Israel, cuando quizás se podía hacer lo mismo, pero de otra manera sin por eso ser peores ciudadanos de este mundo. El Rey ha acertado, como lo hacía Francisco la cantidad de veces que clamó por la paz. Esto no consiste en el simplismo de izquierdas o derechas, de hacer las cosas de forma interesadamente ideologizada, ni de estrategias estruendosas en política exterior para tapar asuntos internos. Se trata de la paz, de vidas humanas, de terrorismo y de reacciones espantosas e inadmisibles. En Gaza y en tantos sitios en el mundo.

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