La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

La disputada Alcaldía de Sevilla

El duelo entre Muñoz y Sanz se presume interesante por los perfiles de ambos y por las diferentes situaciones de sus partidos

Vista de la Torre del Oro con el rascacielos al fondo

Vista de la Torre del Oro con el rascacielos al fondo / José Ángel García (Sevilla)

El PSOE ha placeado a su candidata a la Alcaldía de Madrid, la ministra Reyes Maroto, con nombre de patrona sevillana y conocida en su casa a la hora de comer, en el padrón de habitantes y en esos altos despachos del Estado que de aquí a mayo utilizará para ganar un poco de notoriedad en una capital tradicionalmente teñida del azul. En Sevilla también tenemos un candidato a la Alcaldía placeado y de momento no designado formalmente. Se trata del senador José Luis Sanz, que empezó la carrera electoral dos años antes, cuando todavía se desconocía el sucesor de Espadas. A Oseluí le gusta comenzar pronto, al estilo de Rojas-Marcos, que siempre decía que sus rivales debían verle constantemente la matrícula. En los despachos del PSOE donde se manejan las principales encuestas no se percibe riesgo de perder la Alcaldía de Sevilla, la más importante que mantienen los socialistas, ayunos de poder municipal en las principales capitales desde hace años.

Antonio Muñoz lleva diez meses de alcalde. Arrancó muy bien, quizás porque la expectativa no era alta. Las fiestas mayores, la recuperación (a lo bestia) del turismo y determinados actos de gran repercusión (la gala de Dior entre ellos) le han forjado como alcalde. Da la batalla sin excesos con algunos frentes que siempre dan rédito: la capitalidad, la pérdida del vuelo directo a Nueva York que se llevó Málaga, la tasa turística... Tendrá, además, la repercusión de los Goya y quién sabe si conseguiremos la Agencia Española del Espacio.

Y da la impresión de que no le pasan demasiada factura los errores, que los ha habido y los hay: desde la falta de limpieza, que sigue siendo un problema, incluida la fealdad de fachadas ensuciadas por pintadas en el casco histórico, hasta el desastre del espectáculo de los drones en la Plaza de España, pasando por nuestros clásicos, como el verano con seis olas de color en el que seguimos soportando la falta de sombra, el uso excesivo de los monumentos, la pérdida de la escuela de Estudios Hispanoamericanos por mucho que la maquille el CSIC, los abusos de los bares y de los propios turistas, la falta de taxis, etcétera. Muñoz vive, de momento, un buen momento como alcalde, pero en un partido todavía varado en Andalucía. Y Sanz vive un gran momento de su partido en esta tierra, trae la vitola de alcalde eficaz de Tomares, pero tendrá que apretar para hacerse un hueco mayor y fiscalizar la gestión de un Muñoz que no provoca rechazo. No hay duda de que a Sanz le gusta arrancar pronto en todo, pues ha fijado la copita navideña con los medios para el 1 de diciembre. El alcalde Monteseirín llegó a convocar una el 8 de enero. El duelo entre Muñoz y Sanz tendrá especial interés. Por sus perfiles y porque son de los que están consagrados al objetivo las 24 horas. No crea que todos son así. Ha habido alcaldes y concejales bastante holgazanes.

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