Tengo en mi mesa un billete de diez francos suizos. Ha aparecido ordenando papeles y al verlo, he recordado por qué lo guardé. Estábamos recorriendo un mercadillo de una pequeña ciudad de montaña. Acabada de cambiar mis euros por francos y al ir a pagar una compra, me fijé que era Le Corbusier, el famoso arquitecto del siglo XX, quien estaba en el billete. Por un lado, el rostro del arquitecto, con sus características gafas de pasta negra sobre las cejas, y por el otro, algunos de sus diseños, y destacando a modo de filigrana, el esquema de medidas de su Modulor, sistema antropométrico ideado por el arquitecto, con el que construía sus edificios. Homenaje al sabio griego Protágoras, que consideraba al hombre como medida de todas las cosas. Me pareció estupendo que el estado suizo dedicara un billete a uno sus principales creadores del pasado siglo. Lo guardé aparte y pagué con otro.
Ahora que corren tiempos difíciles para el euro, el billete de Le Corbusier me hace pensar en algunas cosas que hemos ganado y otras que hemos perdido. Por ejemplo, es agradable viajar por Europa y utilizar los billetes y monedas que llevas en el bolsillo. Se produce una sensación muy cómoda, como de seguir en casa. Son los mismos billetes y monedas que te dieron con el cambio de pagar el taxi para ir al aeropuerto. Eso está bien. No cabe duda que unifica y acerca. Pero hemos perdido la posibilidad de mostrar al mundo quiénes son nuestros modelos, aquellos en los que confiamos el prestigio de nuestro país, y que ponemos como ejemplo para nuestros hijos. Y por eso los colocamos en los billetes. Los suizos lo mantienen y me gusta. ¿A qué personajes relevantes tienen en Suiza en los billetes? El ya mencionado Le Corbusier, el compositor Arthur Honegger, la artista plástica Sophie Tauber-Arp, el escultor Alberto Giacometti, el escritor Charles Ferdinand Ramuz, y el historiador del arte Jacob Burckhardt. La obra de todos ellos supone una importante contribución a la cultura europea del siglo XX, incluido Burckardt, que murió en 1897, pero que con sus obras ha influido en todos los que hemos estudiado historia del arte. Su libro Historia del Renacimiento en Italia es iluminador y era casi una guía de bolsillo en nuestros primeros contactos con ese bello país y su cultura.
Imagino a los jóvenes profesores suizos al iniciar una clase, meter la mano en su bolsillo y mostrando un billete, preguntar a sus alumnos: ¿quién sabe decirme algo de...? Los dedos rápidos se deslizan por el teclado del portátil, y al encontrar el artículo de la Wikipedia o similar, levantar la mano, y decir: yo lo sé. El profesor lo ha conseguido. Ha captado la atención de sus alumnos. A partir de ahí, un día bien aprovechado. ¿Podemos imaginar qué artistas o personalidades de la cultura española del siglo XX figurarían en nuestros billetes? ¿Somos capaces de ponernos de acuerdo en siete nombres? Arquitectos, músicos, poetas, bailarines, pintores, escultores, escritores, historiadores, filósofos, etcétera. A mí me ha costado. Inténtelo usted.
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