Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Ante la gran noche de un retorno para siempre

El beticismo debería ir en masa al homenaje de Rubén Castro, el más goleador de todos

Posiblemente, seguro que sí, que fue el fichaje de Rubén Castro uno de los pocos motivos que el Real Betis Balompié tuviera que agradecer a Luis Oliver, aquel mesías que trajo Lopera en una huida desenfrenada. Pero lo cierto es que para un club que se desangraba un día con más intensidad que el anterior, la llegada de este canario que había hecho del nomadeo la razón de ser de su carrera como jugador de fútbol resultó providencial.

Nadie sabe qué hubiera sido del club de las trece rayas con corona de no haber mediado la pericia de Rubén para convertir en oro el cobre que le rodeaba. Llegó como de vuelta de todo y junto a su inseparable Momo a un Betis que había confiado a un viejo símbolo, Pepe Mel, la tarea de recobrar su propia sustancia. Era el verano de 2010, el equipo venía de la gran frustración de haberse quedado a las puertas del retorno en una calurosa tarde charra y todo era mohína.

Lopera había huido de sí mismo y nombrado heredero a un personaje con tintes de tahúr, pero ese aparente tahúr trajo a Rubén Castro y el futuro tenebroso fue convirtiéndose en presente iluminado por la luz propia de ese cazagoles. Y este canario taciturno empezó a definir, el Betis volvió de su mano adonde quería, pero hubo un año en que una lesión fue tan catastrófica para el Betis que de nuevo fue a caerse con estrépito. Y es que faltaron a lista los goles de Rubén.

Recuperado, el Betis volvió a su sitio y de tanto hacer goles, Rubén se convirtió el mayor goleador que registra la historia del Betis. En 2017, siete años después de su llegada, arribó al club un nuevo orden, Rubén emigró a China y allí estuvo hasta que no pudo más. Volvió a tiempo de salvar los muebles una noche desde los once metros, fue a retirarse a su hogar isleño y hoy comparece ante la afición que más lo quiso para que se le reconozca un papel providencial en la historia bética.

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