De lluvias y de fríos

19 de noviembre 2025 - 03:08

Aveces, en días grises, recordar es como la lluvia en blanco y negro que te va calando. Llover es como ver volver. Y recordar, cuando cae la lluvia ahí fuera, te vuelve melancólico en trance de bobo. Uno llega a creerse a cierta edad que la lluvia te remite a la añorada monodia de la niñez, los saltos en los charcos y el barro como pústula de guerra en las botas de goma. Esto, en fin, ya lo escribimos todos los años quienes perpetramos columnas en otoño. Como esta de hoy. Ya sabemos por Cernuda y por las memorias de Alfonso Guerra que llega un momento en la vida en el que el tiempo nos alcanza. Pero a veces, con lirismo cero cartón, ocurre también que llega un momento en el día en el que la columna nos alcanza. Quiero decir, improbable lector, que uno o una no sabe de qué demonios escribir y ha de entregar en plazo al periódico la pieza dada o algún que otro artefacto digno.

De modo que aquí me hallo, calado por dentro por la lluvia de estos días pasados. Resultó hermoso, la verdad, contemplar los cielos encabronados. Lluvias furiosas. Ventarrones. Y luego lluvia cansina con treguas pactadas para poder sacar a los perros. Lástima que a las borrascas les pongan nombres, sea Claudia o, ya puestos, Claudia Prócula, como la suplicante esposa de Pilatos en el paso de la Sentencia.

Decía Eduardo Jordá por aquí el otro día que a quienes les gusta la lluvia, como a él, se les da un nombre campanudo pero feo: pluviofílico. No sabía yo que podría ser un bulto pluvioso, un pluviofílico, cuando en la mañanera del lunes aún contemplaba con agrado cómo arreciaba la lluvia repicando en los cristales cual metralla de canicas americanas. Decía Bécquer que la soledad es hermosa si tiene uno alguien a quien contársela. La lluvia también es hermosa si uno se halla al resguardo para poder contarla. Es menos bucólico que lo que decía el avistador de las oscuras golondrinas. Pero permítanme que les cuele una versión aceptable para quienes observan la lluvia estando solos.

Aunque vaya a hacer sol, llegará ahora el hálito del frío a Sevilla y provincia. Habrá mínimas apropiadas para valorar si la intemperie es eso que ocurre ahí fuera o si es esto otro que nos sigue desamparando por dentro. Alguien dirá que en Guadalcanal no hará ni frío ni calor porque estarán a 0º por la noche. En tiempos de necedad al por mayor, el chiste es creernos que esto es un chiste.

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