NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
En muchas ocasiones la ciudad parece una estepa tomada por lobos. No nos referimos a los turistas que hacen colas absurdas en bares que han pagado para que el algoritmo los sitúe en lugar preferente. Oímos los aullidos de los lobos por todas partes y a todas horas, casi no respetan el descanso de los vecinos. Ríanse del camión de LipaSanz cuando vacía los contenedores de vidrio. ¡Qué estruendo! Los lobos son inquietantes. Porque en cada aullido hay un lamento, un desgarro descorazonador. “El Gobierno de España ve razonable que la ampliación del Museo esté en 2035”. ¡Auuuuuu! “El Metro tardará once años en llegar a la Ciudad de la Justicia y quince a Valme” ¡Auuuuuu! “La Línea 3 Sur del Metro de Sevilla funcionará hasta Palmas Altas en 2036”. ¡Auuuuuu! “Las obras del Museo Arqueológico de Sevilla comenzaron en 2024 y se prevé que duren alrededor de tres años y cuatro meses, con una reapertura estimada para 2029”. ¡Auuuuuu! “La Junta espera terminar las obras del tranvía de Alcalá de Guadaíra en 2026”. ¡Auuuuuu! “El inicio de la obra del puente de la SE-40 se licitará a finales de año”. ¡Auuuuuu! “Sevilla tendrá a finales de este siglo mes y medio a más de 40 grados” ¡Auuuuuu! ¿Seguimos? Los lobos no paran. Ni con las supuestas buenas noticias ni con las regulares. Nos achacan a los sevillanos que somos cortoplacistas, ¿de verdad? Que solo pensamos con el horizonte puesto en las próximas fiestas mayores porque, en el fondo, nos parapetamos en un escapismo que hace la vida más llevadera.
Hay veces en que solo se puede aullar... O reír. ¡Cómo nos dan la papilla! Al ministro de Cultura, por ejemplo, solo le falta hacernos el avioncito mientras nos repite la fecha de la pinacoteca que lleva premio de rima incluido. 2035, se dice pronto. “Sanz sitúa la ampliación de la Feria de Sevilla en 2027”. ¡Olé mi alcalde! Eso es jugársela con inteligencia. Apagamos por un momento la máquina de los aullidos. Silencio y tranquilidad que los serenos vigilan. A ver quién del Gobierno de España se arriesga a ponerle pegas al proyecto en pleno año electoral. No serán tan antipáticos en Madrid, ¿verdad? Los lobos andan sueltos, lloran a su manera por la de veces que nos engañan, nos ofrecen trampantojos en vez de realidades, nos marean una y otra vez, nos condenan a una larga espera en cada proyecto importante... Y encima algunos nos critican por ser alegres de espíritu, aprovechar las horas de sol y tener la capacidad de mantener la sonrisa y la ilusión. Tendríamos que ofertar un master universitario sobre supervivencia a base de hacer el lobo. Pero hay que esperar el resultado de las elecciones en la Hispalense. Y hay siete candidatos. ¡Auuuuuu!
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