La ciudad y los días

carlos / colón

Todo por la marca

CON lo de la visita de Obama, volvemos a oír lo de ponernos en el mapa y lo de la marca Sevilla. La frasecita hecha de ponernos en el mapa me toca las narices porque hace siglos que estamos en ellos. Don Luis, el arruinado hidalgo de Bienvenido Mr. Marshall, diría que lo estamos unos pocos cientos de años antes que Estados Unidos. Seamos más precisos y digamos que la visita de Obama nos pone en el escaparate para vendernos más y mejor, lo que es de la mayor importancia en una región y una ciudad que, como las señoras del Barrio Rojo de Ámsterdam, viven de… Digamos que de exhibirse.

En cuanto a lo de la marca Sevilla es una pamplina local heredada de la pamplina nacional de la Marca España. En la web oficial se nos informa del asunto: "Marca España es una política de Estado, cuya eficacia reside en el largo plazo. Su objetivo es mejorar la imagen de nuestro país, tanto en el interior como más allá de nuestras fronteras". El Real Decreto de 28 de junio de 2012 creó el Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España, encargado de planificar, impulsar y coordinar todas las acciones públicas o privadas "encaminadas a la promoción de la imagen de España". Se trata, pues, de una iniciativa del PP. Muy liberal esto de reducir un país a una marca.

Según la RAE, marca es la señal que se hace o se pone en alguien o algo para distinguirlos o para denotar calidad o pertenencia (lo de poner una señal en alguien para denotar pertenencia es perturbador: recuerda a Espartaco marcado como una res por Léntulo Batiato); también significa marca de fábrica y razón social. Asuntos comerciales, vaya. Y lo peor es que no les falta razón. Según los datos recién publicados por el Instituto Nacional de Estadística, el turismo aportó en 2014 el 10,9% del PIB, 113.690 millones de euros y el 12,7% del total de los empleos de la economía española.

No es una cuestión menor en un país que está saliendo de la crisis a costa de grandes sacrificios y aún cuenta, pese a los buenos últimos datos, con 3.767.054 parados. Y no digamos en esta Andalucía que, tras casi cuatro décadas de ininterrumpido gobierno socialista, está en la cola en casi todo y suma 925.789 parados (si Susana Díaz llama "políticas de sufrimiento" a las de Rajoy, ¿cómo habría que llamar a las de la Junta?). A callar, pues. Que Obama nos ponga en el mapa. Y que actualicen el antiguo lema de los cuarteles: Todo por la marca.

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