La metamorfosis

Los afiliados deben elegir entre Espadas y Díaz como tuvieron que elegir entre Ayuso y Sánchez

Se abre una nueva época para Andalucía. Empieza otro tiempo político muy interesante, que estará protagonizado, en primer orden, por los debates políticos entre dos líderes socialistas pugnando en las primarias por ser el candidato a la Junta y, en segundo lugar, por saber si el presidente Juanma Moreno ha sido capaz de conquistar esta tierra. Susana Díaz y Juan Espadas inician, mejor dicho, continúan con su campaña para ganar afiliados en cada una de las provincias y municipios que llevan recorriendo desde hace meses. Pero Pedro Sánchez, tras la hecatombe madrileña, ha abierto el proceso para las primarias al estilo de la moción de censura en Murcia. Con nocturnidad y alevosía, sin avisar a la secretaria general de su partido en Andalucía, quien no fue informada ni por Ferraz ni por Moncloa. En el núcleo de esa batalla interna entre socialistas se dibujan dos polos opuestos: el socialismo que ha reinado durante 40 años en Andalucía y el sanchismo que ha marcado un perfil que repudian muchos socialistas que contribuyeron a la buena historia de España. Las opciones son: o que les lidere el actual alcalde de Sevilla, Juan Espadas, quien dirigido desde Moncloa inoculará las señas de identidad de Adriana Lastra, José Luis Ábalos, Iván Redondo, Carmen Clavo o María Jesús Montero y el propio Pedro Sánchez en nuestra tierra. El nuevo socialismo que ha gobernado con la extrema izquierda encabezada por el dimitido Pablo Iglesias, puente para las negociaciones con Arnaldo Otegi y los independentistas catalanes y vascos, como agitador de insultos y motivador de la crispación. Un socialismo que, según Carmen Calvo, desprecia a los votantes madrileños que definió como nazis y berberechos. O un Ábalos que, descompuesto, trataba de motivar la hecatombe madrileña diciendo que había que acabar con 26 años de PP en la capital española cuando en Andalucía han defendido 40 años de socialismo. Por otra parte, está el socialismo que puede continuar por manos de Susana Díaz, quien arrastra la herencia del mayor caso de corrupción de España que ha sumido a Andalucía en un atraso social, cultural y económico sin precedentes. Una líder que lleva la mochila del saqueo de los ERE, cuyos juicios siguen vigentes. Los afiliados deben elegir entre Espadas y Díaz como tuvieron que elegir entre Ayuso y Sánchez. Entramos en una interesante época con mensajes que llegarán a la sociedad que, al final, deberá decidir, en caso de adelanto electoral a principios del próximo año, entre el socialismo sanchista o el socialismo de los ERE, para alimentar el granero de los votos socialistas para toda España.

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