¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Ussía, el último acto del “otro 27”
Las negociaciones entre el BBVA y el Banco de Sabadell están resultando más complicadas que el proceso de Paz en Oriente Medio. La primera Opa hostil fue del Sabadell al Bilbao. Me refiero al fútbol, que son primos hermanos, porque, como el cinematógrafo, los equipos de fútbol y los bancos son hijos de finales del siglo XIX. El Athletic se funda en 1898 y el Sabadell en 1903. El Banco de Bilbao es de 1857 y el de Vizcaya con el que después se fusionaría de 1901. El Banco de Sabadell es de 1881.
El 23 de noviembre de 1969, el Athletic de Bilbao visitaba la Nova Creu Alta. Dos rubios jovencísimos de 19 años nacidos con seis días de diferencia, Igartua (Elorrio, 6 de marzo de 1950) y Clemente (Baracaldo, 12 de marzo de 1950), venidos al mundo el año que Zarra batió al portero de Inglaterra en Maracaná, causaban sensación en todos los campos de España.
La victoria bilbaína por 1-2, con goles de Uriarte y Zubiaga, se hizo a costa de pagar un precio altísimo. En el minuto 85 de partido, un defensa veterano, Marañón (no confundir con el del Español, Gijón y Madrid, padre del autor de un libro maravilloso sobre Fútbol y Cine) le hizo una entrada brutal a Clemente que le partió la tibia y el peroné. Después de cinco operaciones, se vio obligado a abandonar la práctica del fútbol. Ese mismo año los dos rubios de oro participaron en la Copa del Generalísimo que su equipo le ganó al Elche el 15 de junio de 1969, un mes y una semana antes de que Franco designara al príncipe Juan Carlos sucesor a título de rey.
Javier Clemente Lázaro hizo honor a su segundo apellido y fue capaz de resucitar. Dedicó sus primeros años a formarse, debutó como entrenador con 25 años en el Arenas de Guecho y volvió a su Athletic para ganar dos Ligas en 1984 y 1985 y una Copa del Rey frente al Barcelona de Schuster y Maradona. 47 partidos como futbolista, 961 como entrenador, con una plétora de equipos nacionales y las selecciones de España, Serbia, Camerún y Libia.
Como entrenador, con la salvedad de esos dos fogonazos en San Mamés, Clemente predicó todo lo contrario de lo que anunciaba como fino centrocampista. De los Zidanes se pasó a los Pavones. Es una metáfora de los tiempos que corren. El sujeto se olvida del verbo en el predicado. Los del 15-M terminan convocando un referéndum para legitimar el chalet de Galapagar de dos de sus fundadores.
La Flotilla de la Paz llega a aguas internacionales cuando Hamas e Israel están a punto de alcanzar un acuerdo sellado con la permuta de rehenes israelíes por presos palestinos con el papel estelar de Donald Trump en la ciudad balneario de Sharm el Sheij. Estos clementes pacifistas y anticapitalistas se encontraron en el mar de los Sargazos con sus particulares marañones. Le pasó como a los lunáticos protagonistas de la película Alosanfan de los hermanos Taviani: cuando llegaron a puerto, la revolución se había evaporado.
El presidente del Gobierno cambió el Peugeot con megáfono por el Falcon para su enésima huida a Egipto. Celebró la fiesta nacional con un vídeo de coros y danzas regionales. Se empieza con España y se termina en Serbia, Libia y Camerún.
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